¿Te hacen prosperar tus amigos o tus enemigos?

Por Formación Y Control @FyControl

(Lect. aproximada 2 minutos)

Un conocido, muy buen profesional. Sale una plaza superior y su jefe le rechaza para ella, aunque el jefe de su jefe le defendía. Aduce que la plaza era de poco nivel, y que mi conocido debe saltar “a otra de más enjundia”. Obviamente no indica que esa otra ni está ni se la espera. De fondo, es una empresa de reciente fusión, el jefe viene de la A, mi conocido y el jefe de su jefe, de la B. Es la política, que no la profesionalidad, la que justifica la inquina, el de la A no quiere verse “rodeado”. Pero mira tú por donde, una semana más tarde y de forma totalmente imprevista queda libre esa plaza de mayor nivel, y mi conocido pega un salto de dos niveles, y entra en otra “liga profesional” a la que habría tardado cuatro o cinco años en llegar, si es que lo hacía.

 En ventas, hay veces que pierdes pedidos porque tienes mucha confianza con A, y por tanto, B hace lo posible por sabotearte. No porque tenga nada contra ti, solo es una forma de debilitar a su opositor. Pero también te pasa lo contrario, claro, te llevas pedidos que igual no te correspondían, porque eso apoya a uno contra otro en una pelea en la que tú no eres ni puedes ser parte o contendiente. Como dicen los africanos: “cuando dos elefantes se pelean, la que sufre es la tierra”.

Es un juego complicado. En ventas te dicen que debes “llevarte bien con todo el mundo”. Como profesional te dicen “debes centrarte en lo profesional, no en las políticas y politiqueos”. Pero ambas afirmaciones son mentira. Una peligrosa mentira en ocasiones. Por el mero hecho de estar, unos te querrán para ellos y otros para lo contrario, y quedarte en el terreno de nadie es estar en el más peligroso de los sitios. Saber elegir a tus amigos, es mucho. Poder elegir a tus enemigos, quizás ahí es donde resida el mayor de tus lujos. Porque muchas veces, y de forma indirecta, serán ellos, y no los “tuyos” los que más te impulsen.