¡Te lo dije!

Por Jpviola

Estos días hice una prueba con varios de los lectores, pidiéndoles colaboración para completar la frase: “No sólo me comunico a través de la palabra, sino también a través de…”.

Lo primero que me sorprendió fue la rapidez de respuesta!!! GRACIAS!

Agrupando las respuestas recibidas, la frase podría terminarse de la siguiente manera:

… las manos, apretones, caricias, palmadas, y a veces pellizcos; expresiones, sonrisas, gestos, miradas, silencios; el ejemplo, la presencia, actitudes, expresiones corporales, detalles, mímica, signos, señas, acciones; también a través de la música o expresiones artísticas como ser dibujos, esquemas, pinturas, esculturas…

Bastante completo, ¿no? Seguramente podríamos seguir agregando, pero entiendo que es una buena representación de las diversas formas en que nos comunicamos. Sólo agregaría una: a través de nuestras decisiones. Es que es mucho lo que expresamos a partir de nuestras decisiones!! Y cada día está repleto de ellas.

Ahora bien, es evidente que todos tenemos clara la teoría de que comunicar significa mucho más que “comunicación oral o escrita”, pero me pregunto cuán presente lo tenemos en la práctica. “Yo no dije eso”, “¿Dónde está escrito?”, “Es que las instrucciones fueron claras, acá dice…” … y muchas frases más, son el resultado de malos entendidos cotidianos. “¡Te lo dije!”.

Sí, tal vez lo expresamos oralmente, pero, ¿habremos reforzado nuestra comunicación con alguno de estos otros factores? ¿o habremos confundido nuestra comunicación con el uso de gestos o expresiones confusas, por ejemplo? Ni hablar cuando sumamos a este complejo círculo de comunicación, las interpretaciones que puede realizar cada uno en base a su entorno y sus propias experiencias pasadas. Una mirada dice mucho… pero también puede ser interpretada de diversas maneras. De aquí lo importante de acompañar nuestro mensaje siempre con muchos de los condimentos que aquí nombramos, para reforzar que el mensaje llegue a destino de la forma en que queremos. Y mucho más cuando lo que queremos expresar es una emoción. Decir “Te quiero” es muy fácil. Pero tendrá que ir acompañado de detalles, gestos, acciones y decisiones que así lo demuestren, o la palabra estará “repleta de vacío”. Decir “qué panza enorme” a una embarazada puede resultar un comentario muy simpático, pero fácilmente interpretado por la mujer como “qué gorda que estás, estar embarazada no te sienta en lo más mínimo” si no lo acompañamos con un gesto de cariño, una caricia o una mirada tierna. Y podríamos dar mil ejemplos.

En la era digital, es muy fácil caer en la tentación de comunicarnos únicamente por escrito y confiar en que el mensaje correcto llega con seguridad y certeza a destino. “Ya le mandé un mail, si le interesa, me llamará”. “Te mandé un mensajito, ¿cómo, aún no lo leíste?”. Mandar un mensaje escrito no implica necesariamente que la otra persona lo reciba… mucho menos, que lo reciba INSTANTÁNEAMENTE, aún cuando el mensaje sea un “mensaje instantáneo”. Aún al día de hoy, aunque en raras ocasiones, la tecnología puede fallar incluso en el envío del mensaje. Me pasó a mí personalmente hace unos 15 días con unos mensajes importantes. Y aún cuando la tecnología funcione correctamente, como es en la mayoría de los casos, a veces, el receptor está de viaje, ocupado, descansando, o simplemente, no es usuario de la tecnología al mismo nivel que el emisor y demora un tiempo en recibir el mensaje. Tengamos esto en cuenta… algunas comunicaciones son más efectivas dichas cara a cara o telefónicamente!! Sé con certeza si llegan a tiempo (si logro contactar con la persona que busco) y tengo mayor certeza de que el mensaje es interpretado correctamente.

Soy una amante de la tecnología! Pero no podía terminar este post sin hacer una alerta a los fanáticos de la tecnología, como yo. Que también soy una fanática de la comunicación… y hay que saber elegir el medio adecuado en cada ocasión, sin caer en la tentación de usar siempre lo “más rápido, fácil y al alcance”, que a veces puede generarnos incomprensiones o mayor pérdida de tiempo por no ser la vía correcta.