«Te quiero más que a nada en el mundo»,
decías antes de nacer el bebé.
Ahora dices: ”Te quiero igual que siempre”.»
En Te quiero igual que siempre, Keira Knightley se presenta ante el lector no solo como narradora, sino también como ilustradora, ofreciendo una obra íntima que articula palabra e imagen desde una misma sensibilidad creativa. Lejos de ser una incursión anecdótica de una figura célebre en el mundo editorial, el libro revela una propuesta coherente y personal que dialoga con la tradición del álbum ilustrado contemporáneo.
Es precisamente en este punto donde la doble labor de Knightley cobra especial relevancia. Sus ilustraciones no se limitan a acompañar el texto, sino que amplían su significado. Con una estética deliberadamente suave, de líneas orgánicas y colores contenidos, las imágenes transmiten una atmósfera onírica que refleja el mundo interior de la protagonista. Los paisajes —bosques, mares, cielos abiertos— funcionan como metáforas visuales del desarraigo y la búsqueda emocional, reforzando la idea del viaje como proceso de comprensión. Como ilustradora, Knightley demuestra una notable sensibilidad narrativa. Su trazo no busca el virtuosismo técnico ni el impacto inmediato, sino la cercanía. Los rostros, ligeramente esquemáticos, expresan emociones reconocibles; los espacios, amplios y a veces solitarios, sugieren el sentimiento de pérdida sin necesidad de subrayados textuales.
Hay una confianza clara en el silencio visual, en la capacidad del lector —niño o adulto— de interpretar lo que no se dice explícitamente.
Esta coherencia entre texto e imagen dota al libro de una unidad poco frecuente en obras firmadas por autores debutantes en la ilustración. Se percibe que ambas dimensiones nacen de una misma experiencia emocional, probablemente vinculada a la maternidad, aunque el libro evita el tono confesional. En lugar de imponer una lectura autobiográfica, Knightley ofrece un relato abierto, en el que muchas familias pueden reconocerse.
Te quiero igual que siempre es, en última instancia, un libro sobre la expansión del afecto y la reconfiguración de los vínculos. Su valor reside en tratar a los niños como lectores emocionalmente inteligentes y a los adultos como acompañantes sensibles, no como mediadores didácticos. La aportación de Knightley como ilustradora refuerza esta apuesta: cada imagen invita a detenerse, a observar y a sentir, convirtiendo la lectura en una experiencia compartida y pausada.
En un panorama editorial donde abundan los libros infantiles con mensajes explícitos y soluciones rápidas, esta obra propone algo más sutil y duradero: la idea de que el amor no se pierde cuando cambia de forma, y que aprender a mirarlo desde otro lugar es parte esencial del crecimiento.
La autora:
Keira Knightley (Teddington, Reino Unido, 1985) es actriz, escritora e ilustradora. Ha recibido nominaciones a dos premios Óscar, dos BAFTA, tres Globos de Oro y un Laurence Olivier por su trabajo en películas independientes, superproducciones, dramas históricos y obras de teatro. En 2018 fue nombrada Oficial de la Orden del Imperio Británico (OBE) por su servicios al teatro y la caridad. Vive en Londres con su marido y sus dos hijas, quienes inspiraron Te quiero igual que siempre, su primer libro.
El libro:
Te quiero igual que siempre (título original: Love You Just the Same, 2025) ha sido publicado por Lunwerg Editores en su Colección Ilustración. Traducción de Carolina Smith de la Fuente. Encuadernado en tapa dura s/cub., tiene 80 páginas.
Como complemento pongo un vídeo en inglés titulado Keira Knightley introduces ‘I Love You Just the Same’, her debut children’s book !
Para saber más:
https://k-knightley.com/
https://en.wikipedia.org/wiki/Keira_Knightley