Ves, como cualquier otro, que no, no eres consciente. No te has dado cuenta de gran parte de las cosas que han cambiado en tu vida. Los sucesos que te han acompañado a lo largo de tu existencia solo dejan huella en ese lejano y difuminado recuerdo de lo que en un momento concreto tuviste oportunidad de vivir. Y solamente “crees” recordar, porque sabes perfectamente que tu mente mantiene guardados bajo llave la mayor cantidad de fragmentos de tu pasado.
Ahora, te ves en un espejo, y piensas en la persona que eras no hace tanto tiempo. Tu cuerpo y tu alma se van degenerando simultáneamente, dejando paso a tu nuevo yo; a ese yo que eres hoy y que no te han presentado; que te ha sustituido sin avisarte… Si no lo crees, busca al menos una foto de hace algún tiempo, donde salgas tú, y mira dónde, cuándo, y con quién… ¿Te reconoces?
Publicado el 4/8/2017