La gran mayoría por no decir todos anhelamos favores de Dios, todos quisiéramos que Dios cumpliera como cual genio de la lámpara maravillosa cada uno de nuestros deseos, quisiéramos que Él nos respaldará en todo lo que hiciéramos y que siempre su mano poderosa este a nuestra disposición. Pero, ¿Qué pasa cuando las cosas no salen como queremos?, ¿Qué pasa cuando Dios no responde de la forma que esperamos?, ¿Cómo reaccionamos cuando sentimos que Dios calla mientras nosotros anhelamos escuchar su instrucción?
Todos queremos que Dios haga y siga haciendo, pero hoy reflexionaba sobre, ¿Qué le damos nosotros a Dios como para exigirle tanto a nuestro favor?
Mi esposa Yamita esta mañana estaba preparando a mi hijo Uziel de casi siete años para ir al colegio, en un momento mientras yo también me alistaba para irme a la oficina escuche que mi hijo le dijo a su mamá: “Yo te seguiré a donde vayas”, esa frase golpeo hondo en mi corazón, en el mismo instante Dios me pregunto: ¿Me estás siguiendo?, me quede reflexionando y dicha frase no ha salido de mi mente toda esta mañana por lo que opte a escribir sobre ella.
¡Cuánta verdad!, y es que queremos que Dios haga todo a nuestro favor, pero pocos estamos dispuestos a seguirlo si no hace lo que queremos en nuestra vida. Y es que es fácil seguir a Jesús cuando todo camina bien, cuando hay provisión, cuando hay salud, cuando hay paz, cuando todo se está dando perfectamente en nuestra vida, pero no lo es tanto cuando las cosas no salen como quisiéramos.
¿Qué pasaría si Dios simplemente no responde de la manera que quieres?, ¿Dejarías de seguirlo?, ¿Dejarías de creer en Él?, a veces nuestra fe simplemente está basada en respuestas divinas, es decir que si Dios no responde, entonces dejo de creer o dejo de hacer aquello que me acercaba a Él.
Cuando en tu corazón solo exista el deseo de seguir a Dios solo por lo que quieres que te dé, entonces tu fe es inconstante, porque se terminara el día que Dios no responda de la manera que quieras.
Pedro en su momento le dijo a Jesús: “Aunque todos te abandonen, yo jamás lo haré.” (Marcos 14:29 NTV). Sin embargo vemos más adelante que si lo hizo (Marcos 14:66-77).
La voluntad de Dios es que cada uno de nosotros esté dispuesto a seguirlo no importando el panorama que nos encontremos, y es que cuando seguimos a Dios con los ojos puestos en Él y no en lo que queremos que nos dé, todo es más fácil.
Cuando velamos por el propósito de Dios, entonces Dios velará por nuestras necesidades sin que eso sea lo que busquemos. Cuando Jesús llama a algunos de sus discípulos no les dijo que les daría grandes cosas, sino que los utilizaría para que su obra creciera: “Jesús les dijo: «Síganme. En lugar de pescar peces, les voy a enseñar a ganar seguidores para mí.»” Marcos 1:17 Traducción en lenguaje actual (TLA). Cuando entendemos que lo primero es el reino de los cielos antes de los anhelos terrenales que podamos tener, todo cambia, pues si nos enfocamos en hacer lo que Dios quiere que hagamos para su reino, entonces Él en su momento y de la manera que mejor le parezca a actuara en aquellas necesidades que tengamos, pues también debemos de comprender que si nosotros nos encargamos de sus cosas, Él se encargará de las nuestras.
La frase: “Te seguiré a donde vayas” viene a recordarme que estoy para seguir a Jesús, no para beneficiarme de lo que Él puede darme, me recuerda que lo primero en mi vida tiene que ser estar dispuesto a seguirlo no importando los obstáculos que se presenten, pues cuando le sigo incondicionalmente, puedo estar seguro que Él cuidará de mi.
Hoy te invito a olvidarte por un momento de los problemas que puedas estar enfrentando y en su lugar seguir a Jesús de la forma que Él anhela que lo sigamos: incondicionalmente. Cuando decides seguir a Jesús por lo que Él es y ya ha hecho en tu vida y no por lo que quieres que te dé, entonces comenzaras a disfrutar de su caminar.
Cuando lo buscamos, seguro lo encontraremos y cuando ponemos en primer lugar todo lo que tiene que ver con su reino, entonces Él se encargara de nuestras necesidades.
¡Sigamos y busquemos a Dios incondicionalmente cada día!“Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.”
Mateo 6:33 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Por Enrique Monterroza; Destello de su Gloria