¿Te ves como te ven?

Publicado el 13 noviembre 2017 por Carlosgu82

Imagina que tienes que hacer un test para definir como es tu personalidad. Tendrías que responder preguntas sobre tus miedos, tus inseguridades, sobre cómo te enfrentas a distintas situaciones, si eres decidido o más bien precavido, si piensas bien las cosas antes de actuar o eres impulsivo, si sigues tu instinto o si por el contrario, pones barreras continuamente a lo que quieres hacer en la vida. Imagina que después de hacer este test, la solución es que tienes un tipo de personalidad determinada. Ahora viene lo mejor. ¿Qué piensas que saldría si ese test lo respondieran personas que te conocen muy bien? ¿Crees que ellos te verian de la misma forma en la que tu te ves? ¿Crees que verías tus miedos o tus debilidades? ¿Verían tus fortalezas o tus virtudes?

El otro día charlaba con una amiga sobre un test que había tenido que hacer en un taller de crecimiento personal. El test trataba de la percepción que tenemos de nosotros mismos, y en base a los resultados, te exponía el tipo de personalidad que tenías.

Ella había hecho el test y en base a esto, el test le decía como podía ser, su personalidad, las cosas que le gustaban o no, como afrontaba la vida, con sus miedos, decisiones, lo que podía o no apasionarle, y otras cualidades que podían definirla.

La sorpresa llegó cuando varios de los amigos o familiares que más la conocíamos le hicimos el test para ver cómo la percibíamos. El resultado fue que ninguno la veíamos como ella misma se consideraba. Sin embargo, todos coincidíamos más o menos en opiniones. Es decir, todos la veíamos con una misma personalidad, y ésta era diferente a su propio resultado. ¿Qué era lo que diferenciaba su percepción de la nuestra? 

Fácil respuesta: SUS MIEDOS.

Es increíble ver, como nuestros miedos a veces, nos cambian totalmente la perspectiva realista. El miedo a ser aceptados, a que no nos quieran, a que nos rechacen por la manifestación de nuestras emociones, a que lo hagan por nuestros errores, miedo a que no nos reconozcan nuestra valía… Todo esto nos hace tener una percepción bastante limitada de lo que somos, y de lo que podemos llegar a ser, por lo que no solo no nos mostramos tal cual somos, sino que al final, acabamos aceptando que somos menos, alcanzando así, una visión de nosotros mismos, tanto física como intelectual, bastante equivocada y limitada.

No dejes que te corten las alas

En muchos casos, desde que somos unos niños, basamos nuestro reconocimiento personal en lo que los demás dicen acerca de nosotros, y estos comentarios, en muchos casos son cortadores de alas, es decir, hacen que pensemos que no nos debemos equivocar, que muchas de las cosas que hacemos son una locura, o que muchos de nuestros sueños, jamás se podrán cumplir, por lo que, dejamos de volar tan alto como podríamos y como mereceríamos. Nos cortan las alas, y nosotros, como necesitamos reconocimiento, dejamos que nos las corten. No cuestionamos que las cosas se pueden hacer de otra manera, por lo que nuestro potencial queda mermado por todos los miedos que vamos adquiriendo en base a nuestras experiencias.

Si nos encanta hacer algo en particular y alguien nos da su criterio negativo diciendo que lo hacemos fatal, no lo tomaremos en muchos casos como una opinión, sino como una verdad absoluta, por lo que poco a poco dejaremos de hacerlo. Solo hace falta que nuestra autoestima esté bajo mínimos para creernos esa opinión como una gran verdad. Como éste, son muchos los juicios negativos que vamos escuchando poco a poco en nuestras vidas, como … es una tontería que hagas ésto, o no te servirá de nada, o eres torpe, o te has vuelto loco, o….. miles de frases que vamos integrando en nuestra conciencia con muchas de las cosas que intentamos, y que al final acaban en el rincón de sueños olvidados.

Mírate por encima de tus miedos

Esto no solo ocurre en el plano de nuestras habilidades, sino también en el plano físico. Y es que, por lo general, cuando nos miramos al espejo, en vez de vernos como realmente somos, nos encontramos en muchos casos, llenos de imperfecciones. Nos cuesta mirarnos sin juzgarnos, y no nos damos cuenta de que, cuando estamos con nuestros amigos, muchas veces pasa por nuestra cabecita, que estarán pensando de nosotros que somos feos, que se estarán fijando en el grano que nos salió por la mañana, en lo pálidos que estamos, o en las ojeras que se instalan debajo de nuestros ojos haciéndoles sombra. Sin embargo, nada de eso tiene por qué estar sucediendo, y si ocurre, siempre podemos pensar, que todos tenemos alguna vez granos, u ojeras, o el rostro demacrado por el cansancio. Todo lo que consideramos imperfecciones, son parte natural de nuestro cuerpo, y como tal podemos considerarlo.

Nos juzgamos duramente y muchas veces, la realidad es bien diferente, porque esos juicios son solo eso, juicios, opiniones, y no verdades absolutas. Es decir, lo que para uno puede ser horrible, para otro puede ser hermoso, y no es el criterio de otros el que debemos seguir, sino el criterio propio, el que te dice que vas por buen camino, el que te llena de pasión, aunque para otros sea frívolo o loco, el que te hace vibrar, aunque para otros sea insípido y estúpido.

Cuando mires dentro de ti, mira a ver si son tus miedos los que hablan, si son los criterios que alguna vez escuchaste de labios de otros, si es tu propio espejo, o el que te dibujaron los que alguna vez te criticaron. Aprende a identificar tu esencia propia, y a eliminar lo que un día te dijeron que debías seguir sin condición. Aparta el orgullo, identifica tus errores y reconocelos con honestidad, porque solo así podrás aprender a ver quien realmente eres, y no como has creído que eras, y date cuenta de que, no porque una vez te vieran de forma negativa, siempre te van a ver del mismo modo. La mayoría de las veces, nos vemos nosotros mucho peor, que como nos ven los demás, distorsionando nuestra propia realidad.

Acabo compartiendo contigo un vídeo que refleja claramente lo que te acabo de contar y te invito a que reflexiones sobre ello. Dime… ¿Te has preguntado alguna vez si te ves como te ven?