Ya hay acuerdo en EE.UU. para que el país no suspenda pagos. Se ha cerrado un compromiso que no gusta a Obama pero que evita poner en peligro la economía yanqui y mundial.
Lo que ocurre es que se ha vuelto a demostrar que Obama ha vuelto a ceder, ya que el Tea Party –aunque pretendía más—, ha conseguido sus dos máximos objetivos, reducir drásticamente los gastos sociales, con lo que se verán afectadas las partidas de sanidad, educación y asistencia social y, por otro lado, evitar la idea “escandalosa” del gobierno de Obama de subir los impuestos a los más ricos.
A favor de Obama hay que decir que la rebaja de la deuda, de tres billones (cantidad que querían los republicanos), la puede hacer a plazos, en tres años, y que, por otro lado, este acuerdo permite que no se vuelva a hablar de este tema hasta dentro de tres años, pasadas las próximas elecciones yanquis, (tenía miedo de que le pasaran factura en la próxima campaña electoral, y este punto ha sido determinante para aceptar).
La fuerza del Tea-Party, cada vez mayor, ha tirado de los republicanos clásicos y les ha colocado en una posición poderosa, mientras que Obama en sus horas más bajas sólo ha podido conseguir alargar esa suspensión de pagos de su economía, a cambio de un precio altísimo, a costa de los servicios sociales y los más necesitados. Su intención de subir los impuestos a los más ricos ha quedado, de nuevo, en el país del olvido.
Por cierto, que dentro de los recortes venideros, los altísimos gastos de defensa que tienen, no bajarán, es algo en lo que no ha habido necesidad de discusión. Ambos partidos, republicanos y demócratas, consideran “intocables” los gastos de guerra, aunque eso conlleve a hacer más pobre a los más pobres.
Un país donde el Estado del Bienestar es mínimo ha cedido a las presiones y con esta decisión va a conseguir que la brecha, entre los que más y los que menos tienen, sea mayor, y que muchos de los hoy considerados pobres se conviertan, con los recortes que se avecinan, en marginados sociales, en mendigos.
Esta es la paradoja eterna de este país insolidario. El país más poderoso del mundo cuyas prestaciones sociales están muy lejos de los países del Primer Mundo.
Y Obama ha vuelto a perder. Ha cedido, y hoy tiene menos credibilidad que nunca. El Tea-Party está ganando la batalla. Las encuestas americanas le dan la mínima aceptación por parte de sus ciudadanos, un 40%. ¡Quien le ha visto y quien le ve! Y es que no se puede amagar y no dar. Prometer y no cumplir. Porque al final, los opositores se hacen con las riendas.
Salud y República