La gente que "conecta" con esa corriente ideológica quiere menos impuestos, menos privilegios de la casta política, menos intervencionismo del gobierno, menos corrupción, menos Estado, en definitiva, y más ciudadanos. La reacción contra las "castas" de políticos profesionales que anteponen sus intereses y los de sus partidos al bien común es hoy una pequeña ola que crece cada día, pero pronto será todo un sunami que se llevará por delante, en todo el mundo, a los políticos corruptos e ineficientes, a los periodistas sometidos al poder, a los jueces poítizados y a los millones de parásitos que han aprendido a vivir del Estado, ordeñándolo a diario sin vergüenza ni rubor.
Aunque en Estados Unidos, su lugar de nacimiento, tenga perfiles ultraconservadores, la ideología del "Tea Party" no es, como afirman las izquierdas de todo el mundo, una reacción ultraderechista, sino un puñetazo en la mesa, cargado de dignidad, dado por los ciudadanos, que ya están cansados de una casta política que se ha creido dueña del poder, que ha usurpado el control de la democracia, desplazando al pueblo, que es el único soberano del sistema, que se ha atiborrado de privilegios inmerecidos y de una arrogancia insultante.
El pecado de Obama ha sido la ineficiencia, el sentirse a gusto en la poltrona, el incumplimiento de unas promesas electorales que eran sagradas y haber antepuesto la propaganda y el discurso engañoso a la verdad y al rigor. En otros países, como España, Obama, al igual que Zapatero, habría sido respaldado y reelegido, pero en Estados Unidos, donde la conciencia democrática es cien veces más sólida, Obama ha sido puesto de rodilla por el pueblo que vota y ha mordido el polvo.
El "Tea Party" conecta con la indignación de los andaluces, que llevan tres décadas soportando gobiernos socialistas que han mantenido a la región en el atraso y en lla pobreza, mientras que ellos se comportaban como los nuevos amos. El "Tea Party" es la receta que se merece una casta política que ha llenado la vida pública de corrupción, chanchullos, enchufes, amiguismo, clientelismo, nepotismo y otras muchas suciedades innobles.
España necesita un "Tea Party" más que Estado Unidos. la sociedad española está cansada de los abusos de los políticos, de sus ineficacias, de sus fracasos, de sus corruptelas y de los atentados que han perpetrado contra la democracia, transformando la política en un caldo sucio donde prosperan los miserables y los que cerecen de principios. En España, el "Tea Party" se opondrá por igual a Zapatero y a Rajoy porque ambos se sienten a gusto en una democracia corrupta, sin ciudadanos y con los políticos bañados en privilegios inmerecidos, como los auténticos "nuevos amos". La gente no quiere a dirigentes socialistas como los que actualmente controlan el país,, cuyo torpe liderazgo está llevando al país hacia la pobreza, el desempleo, el endeudamiento, la división, la decadencia y el fracaso como pueblo, ni a la débil y cómplice oposición del Partido Popular, incapaz de ilusionar y de plantar cara a la política ineficaz y corrupta.
¿Dónde está el "Tea Party" español? ¡Que venga pronto! ¡Ojalá llegue antes de que los políticos aniquilen la nación! Que, al igual que en Estados Unidos, sea una ideología "originalista", empeñada en recuperar las raíces de la verdadera democracia ciudadana, que llegue cargada de ansias de recuperar los viejos valores y principios perdidos, con espíritu puritano y voluntad firme de expulsar del poder a la legión de políticos sátrapas, muchos de ellos corruptos y sinvergüenzas, que han contaminado y podrido la vida política española.
Estados Unidos, en la jornada electoral del 2 de novie,mbre, ha dicho "queremos menos Estado, menos Obama", un mensaje que millones de españoles decentes también pronuncian a diario aqui: ¡Queremos menos corrupción, menos impuestos, menos Estado, menos partidos políticos, menos arrogancia, menos Zapatero y más ciudadanos libvres y dueños de su propio destino!