Tomar el té es tendencia. En una época de reinado de lo cuqui, ¿hay algo más cuqui que tomar el té? Tea Time is a Cute Time, definitivamente. Y es que todo lo que rodea a la ceremonia y a la etiqueta del té es muy mono: los juegos de tazas y platitos que parecen sacados de una novela de Jane Austen; los emparedados de pepino hechos con finísimas rebanadas triangulares de pan de sandwich; las fuentes de tres pisos o tiered trays; los panecillos scones para untar mantequilla y mermelada; las cuberterías, los manteles blancos de hilo bordado; la clásica tetera de porcelana (que ya solo usa uno de cada cinco brtitánicos); el té negro de Ceylan... Incluso en París no se pueden resistir a esta costumbre soooooo british, eso sí, añadiendo unos macarons a la ecuación. Yo cada día conozco más gente aficionada al té y a las infusiones y yo misma me he acostumbrado a tenerlo en casa y a pedirlo fuera. Mi favorito por el momento es el de frutos rojos, aunque me apetece mucho probar el negro y acompañarlo de toda la parafernalia que conlleva una ceremonia del té como manda el protocolo, five o'clock timing incluido.
#MDI (Macedonia de Inspiración)
Fotos: via lifestyle's Mariola Azores board on Pinterest