Hoy vengo con una entradita de esas que tanto me gustan, el Teaser Monday, y es que en ellas podemos disfrutar de un fragmento de la novela en la que ande buceando en el momento de su publicación.
Hoy en el Teaser Monday: Suki Desu Te Quiero de Kayla Leiz, publicado por Click Ediciones, sello de la Editorial Planeta.
Aislan miró a los otros. Los tres hombres estaban muy cerca de ella sonriéndole, mientras que la chica estaba apoyada en la pared, fumando. Parecía que no le importaba lo que hicieran y no levantaba la vista.Tenía que salir de allí cuanto antes. Y eso fue lo que hizo. Golpeó con su brazo libre el del que la retenía y echó a correr todo lo rápido que pudo. Oía detrás los gritos y las risas de ellos siguiéndola de cerca.Debía darles esquinazo, era lo único que podía hacer, pero después de unos minutos corriendo comenzó a cansarse. Aunque sabía que no los había dejado muy lejos y que debía seguir avanzando, ya no tenía fuerzas. Entonces se permitió detenerse un poco y mirar atrás. No había ni rastro de ellos, aunque eso no quería decir nada. Los rewops eran buenos con sus poderes, también rastreando y escondiéndose.Un golpe hizo que Aislan gritara asustada y volvió a correr sin darse cuenta de que había alguien delante con quien chocó. Ella se vio impulsada hacia atrás y ya caía al suelo cuando dos brazos la ayudaron a recuperar el equilibrio.Estaba tan asustada que no se había dado cuenta de que había otra persona en la calle. Lo miró y vio que era otro hombre de unos treinta años, con el pelo largo de color blanco. Llevaba unos pantalones negros y una camisa también negra. En contraste, su abrigo de cuello levantado era de color blanco. También llevaba unas pequeñas gafas y comprobó entonces que era un rewop con el color azul en su ojo izquierdo y violeta en el derecho.—¿Estás bien? —le preguntó sin soltarla aún.—Sssí —logró responderle Aislan. Deseaba que la soltara y era eso lo único en que pensaba.Como oyendo sus pensamientos, retiró su agarre y ella retrocedió unos pasos de él.—¡Ahí está! —gritaron desde el otro lado de la calle.Aislan se volvió y vio que eran los que antes la habían arrinconado. El que tenía una cicatriz y el de los pendientes estaban ya acercándose; no tenía ni idea de dónde estarían los otros.Conforme llegaban, Aislan retrocedió instintivamente hasta que volvió a tropezar con el de antes.—¿Te están molestando?—Sí —respondió.El hombre la instó a ponerse detrás de él y le sonrió.—Cierra los ojos si no quieres convertirte —le dijo.Aislan los cerró lo más fuerte que pudo y se agarró al abrigo de esa persona. Lo único que pudo hacer en ese momento fue escuchar. Oyó muchos insultos y golpes.En alguna ocasión ambos se habían desplazado, seguramente para evitar un ataque. Finalmente, todo volvió a quedar en silencio.—Ya puedes abrirlos —le sugirió, y Aislan lo hizo. No había ni rastro de los otros dos, aunque sí señales de lucha.