Técnica para enseñar a nuestros hijos a identificar y expresar sus emociones

Publicado el 06 mayo 2014 por Maternidadconsciente @MaternConscient

Es muy común que nuestros niños sufran sus típicos berrinches, esos "ataques caprichosos" en donde piden todo lo que ven, lloran sin motivo aparente, gritan, rompen, corren y se escapan, pelean con sus hermanos o con los compañeros en el jardín de infantes o en la escuela y hacen todo menos obedecer lo que se les pide. 


Generalmente nosotros, que ya venimos cansados de otras cosas, del trabajo o las tareas de la casa, de nuestros "importantes problemas de adultos" y de los reiterados episodios "berrinchudos", apenas surge una más de estas típicas actitudes no tenemos mejor idea que levantarles la voz y suministrar algún castigo, como prohibirles ver la televisión o jugar con su juguete preferido, mandarlos a dormir o ponerlos en penitencia. 
Pero pasa que en estos casos lo que está haciendo generalmente nuestro hijo es un pedido desesperado de nuestra atención. Probablemente ya haya agotado otros recursos y empezó a sentir que no nos importa lo que tiene para decir. 
En el caso de mi hija, que todavía es muy pequeña, con su corto año de vida, busca primero llamar mi atención con sus sonrisas compradoras, pero si no tienen el efecto que ella busca, siempre encuentra alguna manera más ruidosa o rebelde de conseguir lo que quiere, como tirar sus juguetes al piso, intentar pararse dentro del coche o de la silla de comer, gritar "ehhhhhhh" o "mamaaaaaaaaa" a un volumen cada vez más elevado, y empezar luego con los lloriqueos. 
Otro es el caso de mi sobrina, que ya con sus casi 6 años intenta llamar la atención hablando cada vez más alto, interrumpiendo las conversaciones, interceptando nuestro paso, pidiendo que le compremos cosas, poniendo música a todo volumen o llorando porque no la llevamos a la plaza, cosa que se le ocurrió pedir... a las 12 de la noche! 
A qué voy con esto? si leemos todos juntos los intentos que hacen nuestros hijos por llamar la atención podemos darnos cuenta de toda la atención que no le damos! los pobres tienen que recorrer un muy creativo camino para lograr que los escuchemos. 
Esto les provoca frustración, tristeza, ira, pero lo peor de todo: la sensación de que no nos importan y la creencia de que no son importantes. 
Sumado a esto los niños se encuentran con otra dificultad: no pueden identificar lo que sienten, y mucho menos darle una salida sana a esas emociones. Por eso es nuestra tarea ayudarlos en este proceso, para evitarles un sufrimiento innecesario y permitirles un desarrollo sano de su salud mental y emocional. 
Primero que nada intentemos prestarles atención. Que sean nuestra prioridad durante el día, y si no podemos brindarles nuestra presencia al 100 % (casi nunca se puede), que al menos al llegar el punto de encuentro de ese día lo primero que hagamos sea apartar un momento para hablar tranquilamente con ellos, preguntarles cómo están, qué hicieron, jugar un momento con ellos. 
Por otro lado es nuestra responsabilidad ayudarlos a entender cómo se sienten y expresar libremente esas emociones. Debemos brindarles un espacio seguro en el que puedan hablar de lo que les pasa, sin miedo, sin culpa. 
Imaginemos por un momento que estamos tristes por algún motivo. Con quién nos sentiríamos más cómodos para expresarnos? con un amigo querido? o con nuestro jefe? Seamos ese amigo querido para nuestros hijos, con el que puedan sentirse cómodos para expresarse. 
Esta capacidad de identificar y expresar las emociones es una forma de inteligencia emocional, la que a mi entender es la más importante de todas, porque se vincula precisamente con la capacidad para ser felices. 
Les propongo una técnica para ayudar a nuestros hijos a identificar y expresar sus emociones. Es simple y se la puede usar como un juego. Consiste en dibujar en una hoja una serie de caras, cada una de las cuales expresa una emoción diferente: felicidad, tristeza, enojo, vergüenza, cansancio, dolor... y toda otra que ustedes se imaginen. Inviten a sus hijos a identificar cada una de esas emociones dibujadas en el papel, a señalar con cuál de esas expresiones se sienten identificados en un determinado momento, y a averiguar por qué, qué cosas creen ellos que les causa esa alegría, tristeza, dolor, etc. 
Intenten que ese tipo de conversaciones sea frecuente entre ustedes  y que, cuando lo hagan, sea un momento relajado y de mucha intimidad, un espacio en el que se sientan libres, cómodos y en el que podamos como padres brindarles TODA NUESTRA ATENCIÓN E INTERÉS. 
Les aseguro que se pueden llegar a sorprender todo lo que ellos tienen para decir!! 
Qué te pareció esta técnica para hablar con tus hijos? Crees que se sienten cómodos contándote lo que les pasa? Conoces alguna otra técnica para averiguar como se sienten? También te puede interesar:12 actividades para aumentar la felicidadInteligencia Emocional para nuestros hijosHablemos de FelicidadDia Internacional de la Felicidad

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