Técnicas del rumor.

Publicado el 07 octubre 2011 por Jmartoranoster
Publicado el 7 octubre, 2011 por juanmartorano La formación de uno u otro tipo de muchedumbre va ligada frecuentemente a la circulación de
rumores. El fenómeno de los rumores es bien conocido por la persona adulta, pero a primera
vista puede parecer que no es posible estudiarlos de modo sistemático.

No obstante, investigadores -burgueses comprendieron ya entre los anos 20 y 30 el
importante papel que desempeñan los rumores en el proceso ideológico y comenzaron
a estudiar atentamente las regularidades de su surgimiento y difusión. Propagandistas y
políticos burgueses comenzaron a utilizar muy pronto los conocimientos obtenidos. Hoy, el
empleo intencional de los rumores en la vida política interna de los Estados capitalistas, como
también en la lucha contra los regímenes progresistas ha alcanzado enormes proporciones.
Según estiman especialistas de Occidente, la propaganda por medio de los rumores se
encuentra ahora al mismo nivel de la propaganda realizada a través de periódicos, radio,
televisión y cine; la psicología de difusión de rumores se estudia en divisiones especiales del
ejército estadounidense (boinas verdes) Junto con otras formas de actividad subversiva.

El estudio de las regularidades psicológicas de la circulación de rumores es considerado
importante por dos motivos. En primer lugar, los rumores son una forma importante para
expresar ánimos y opiniones sociales. Por eso al determinar cuáles son los rumores que
circulan en determinada comunidad se obtiene una rica información sobre las opiniones y los
intereses dominantes, sobre el grado de confianza en las noticias oficiales, etc.., información
qué no ofrecen otros modos de investigación sociopsicológica. En segundo lugar, y esto es
más importante aún, los rumores son uno de los canales por los cuales se forman opiniones y
ánimos sociales.

Tipología de los rumores

Los rumores suelen clasificarse ante todo según dos características: expresiva e informativa.

La primera (expresiva) determina el tipo de estado emocional que se refleja en el contenido
del rumor y, conforme a ello, el tipo de reacción emocional que provoca. De acuerdo a ese
criterio existen tres tipos de rumores.

a) Rumor deseo. Se trata, generalmente, de rumores que interpretan deseos, esperanzas,
sueños irrealizados o necesidades insatisfechas. Hay precedentes de que estos rumores se
difunden premeditadamente con el fin de desmoralizar al auditorio de la propaganda. “La
guerra finalizará para las Navidades”, “Dentro de dos meses se dará un golpe de Estado en
Alemania”, eran rumores que hacían correr, reiteradas veces, los agentes hitlerianos en EE.UU.
Cuando los rumores se disipaban, comúnmente, decaía el estado de ánimo masivo, que era
justamente el propósito de quienes empleaban este instrumento propagandístico.

b) Rumor amedrentador. Los rumores de este tipo surgen en períodos de tensión social
(catástrofes, guerras, preparativos de golpe de Estado, etc.) y sus tramas varían de las
simplemente pesimistas a las que francamente conducen al miedo. El enemigo de clase

utiliza especialmente este tipo de rumores cuando llegan al poder fuerzas capaces de
transformaciones progresistas. En estos casos, por lo general, se pone en marcha un conjunto
bastante limitado de argumentos “seguros”. Algunos son acomodados según las tradiciones
culturales y religiosas, otros se emplean prácticamente sin variantes. Entre estos últimos
figuran, por ejemplo, el presunto aumento de precios de los alimentos o su desaparición
total. Tomando estos rumores por verdad, la gente enloquece en procura de productos que,
con frecuencia, ni siquiera necesita o compra cosas en cantidades irracionales, dando por
resultado la deformación de la situación del mercado: artículos que desaparecen o suben de
precio. Si los dirigentes no prestan suficiente atención a este fenómeno, puede disminuir la
confianza en las noticias oficiales y crecer la confianza en las fuentes de donde provienen los
rumores.

De forma parecida se difunden rumores referentes a una futura contraofensiva de la reacción,
a golpes de Estado, a la venganza inevitable a que serán sometidas las personas que colaboran
activamente con las fuerzas progresistas, etc. Los ánimos pesimistas son estimulados también
por rumores muy típicos sobre discrepancia lucha por el poder en la dirección (de partido o
Gobierno progresista).

En los países donde la mayoría de la población es analfabeta o de bajo grado de instrucción,
donde existen tradiciones y problemas específicos, se utilizan con frecuencia rumores de
que los revolucionarios exterminarán a todos los ancianos e inválidos, que se esterilizará a
los niños. Una situación que daba origen a la circulación de tales rumores se presentaba a
consecuencia de la enconada lucha política, así como cierta influencia ejercida por las clases
y grupos sociales que al tener que abandonar la arena de la historia se aferraban al poder. A
pesar de ser disparatados estos rumores, sin embargo, incidían sobre la población.

c) Rumor agresivo. Al igual que el rumor amedrentador surge en períodos de tensión social,
ligada primordialmente a conflictos entre grupos y clases: “Los rusos han escondido bombas
de cobalto en el océano, cerca de Manhattan y en las costas de California”.

Una serie de argumentos de rumores amedrentadores también portan notoria carga agresiva.
No es casual, por ejemplo, que bajo la influencia de los rumores sobre esterilización de niños,
muchos padres sacaran, aterrorizados, a los niños de las escuelas y en algunas regiones hasta
organizaran motines. Acciones extremadamente contrarrevolucionarias y anti-cooperativistas
fueron provocadas en países y regiones islámicas (Asia Central, Caucaso, países árabes y
africanos, Afganistán) por medio del primitivismo argumento de la “gran manta”: que la
colectivización que exigían los revolucionarios consistía en que todos- loa habitantes del
poblado deberían cubrirse, junto con sus esposas, por la noche, con una sola manta común.

La segunda característica (informativa) refleja el grado de veracidad de los rumores. De
acuerdo a este criterio los rumores se dividen en cuatro tipos: de los absolutamente falsos
hasta los relativamente próximos a la realidad. Se considera que no existen rumores
totalmente verídicos ya que en el proceso de circulación la fábula del rumor por lo general
sufre transformaciones psicológicamente lógicas.

Tendencias en la difusión de rumores

Las transformaciones señaladas se pueden resumir en tres tendencias:

1.- atenuación,

2.- aguzamiento

3.- adaptación.

La primera tendencia -atenuación- consiste en que la fábula de partida se hace más breve
al desaparecer los detalles que el auditorio no considera importantes,. Esos detalles pueden
ser el color y la marca de los automóviles que chocaron, la vestimenta y los nombres de los
participantes en algún suceso, etc.

la segunda tendencia -aguzamiento- consiste en el aumento de las proporciones de
detalles que se consideran importantes: número de protagonistas, cantidad de víctimas o
el grado de éxitos alcanzados, significado social de ocurrido, etc. Hemos de subrayar que la
apreciación inconsciente de la importancia o intrascendencia de los detalles concretos no
sólo se determina por su significado objetivo, sino también por los valores, las esperanzas,
los modelos y las orientaciones del auditorio. Según estos, tal o cual detalle puede
resultar “atenuado” o, por el contrario, “agudizado”. Digamos, por ejemplo, si la ropa de las
personas que participan en una pelea refleja su pertenencia nacional y en la ciudad se han
entablado relaciones perniciosas entre personas de diferente nacionalidad, el rumor puede
adquirir rápidamente carácter agresivo mientras que la forma en que visten quienes peleaban
será el detalle dominante (aunque en realidad ese detalle pudiera haber sido casual); el color
de los automóviles accidentados resulta un detalle considerable para un auditorio donde
reinan prejuicios en cuanto al simbolismo de los colores, etc.

En los ejemplos descritos se advierten rasgos de la tercera de las tendencias señaladas, la
tendencia de adaptación, es decir, la adaptación del mito del rumor a la imagen del mundo
que predomina en el auditorio.

La atenuación, el aguzamiento y la adaptación, por lo general, se complementan y pueden
conducir a que el contenido del rumor diverja considerablemente del acontecimiento inicial Si,
además, la circulación del rumor es dirigida con propósitos ideológicos de servicios especiales,
su trama puede no tener nada en común con la realidad.

Condiciones para el surgimiento de rumores

Numerosas observaciones y experimentos han permitido determinar dos condiciones
fundamentales que hacen posible los rumores.

la primera, es el interés del auditorio por determinado problema. Se considera imposible, por
ejemplo, difundir en una ciudad europea el rumor de que en Arabia Saudí subió el precio de
los camellos. Los oyentes creerán en la información, pero nadie la trasmitirá a otra persona.
Al contrario, la información más increíble tiene posibilidades de ser trasmitida si ella despierta
interés.

Para originar un rumor no solo hace falta el interés, sino la insatisfacción del mismo. Por eso,
la segunda condición es el déficit de información fiel. La sensación de interés insatisfecho tiene

lugar debido a la falta de información sobre el tema o a que la información disponible resulta
irreal para el auditorio. Lo último, a su vez, es consecuencia de la desconfianza hacia la fuente
de la información (en política, desconfianza hacia los órganos oficiales de información, hacia el
Gobierno).

Las dos condiciones que hemos señalado han sido calificadas fundamentales porque sólo
combinadas, es decir, cuando existe interés por un tema y se siente carencia de información,
en el auditorio puede difundirse espontánea o intencionalmente tal o cual rumor.

Aparte de estas condiciones, a difundir los rumores contribuyen varios factores
complementarios. Figuran entre ellos la tensión emocional en el grupo y la correspondiente
necesidad de distensión emocional intensificando la comunicación o, por el contrario,
la permanencia prolongada del grupo en una situación emocionalmente pobre y la
necesidad de determinada carga emocional. También se sabe que la trasmisión de una
información “secreta” sirve a veces para elevar el estado sociopsicológico de la fuente, subraya
su “grado de información”, etc.

Formas, para luchar contra, los rumores

El conocimiento de condiciones y factores que facilitan la circulación de rumores ayuda a
organizar la resistencia a este fenómeno, que en la mayoría de los casos es políticamente
nocivo.

Las medidas para contrarrestar los rumores pueden dividirse en dos grupos: medida
preventivas y contramedidas enérgicas. La finalidad de las medidas preventivas consiste
en crear un terreno emocional que excluya la posibilidad de propagación de los rumores
y conduzca a su rápida extinción, si el rumor adverso fue sembrado intencionalmente. La
realización de las medidas preventivas para combatir rumores supone ante todo, la creación y
el mantenimiento de un sistema eficaz de información y propaganda entre las masas, de alta
credibilidad consecuencia de su seguridad y verosimilitud. Tiene que prever la existencia de
una estable relación retroactiva de la masa a la fuente informativa para poder reaccionar a
tiempo a las demandas psíquicas y los deseos de la gente.

En lo relacionado con la prevención de los rumores es importante mantener una dirección
eficiente a todos los nivel Cuando surgen situaciones que requieren explicación, los líderes se
convierten, ante todo, en fuente de información. La práctica demuestra que la confianza en los
líderes y su autoridad ayudan a superar con mayor facilidad la insuficiencia veces inevitable, de
la Información, que en caso contrario crea condiciones favorables para la propagación de los
rumores sobre todo, rumores agresivos. Por esta razón, el mantenimiento y la consolidación
de semejante confianza debe constituir siempre objetivo y parte de la actividad de las
organizaciones sociales y del partido. El propio líder debe elegirse entre los hombres que son
más eruditos, dignos y fieles a la causa.

Al elaborarse medidas de enérgica lucha contra los rumores, lo mismo que al organizar la
contra-propaganda de cualquier tipo, surge un dilema: guardar silencio, lo que equivale
estimular la circulación del rumor, o refutar, lo que sirve de modo indirecto a la propagación
del rumor refutado. La práctica demuestra que la mejor opción en esta alternativa consiste en

suprimir el rumor con hechos, y no destacarlo con un desmentido directo. Si es posible prever
la aparición de rumores políticamente desventajosos o se descubre su circulación, el mejor
método para contrarrestarlos es una vasta publicación de hechos que los contradigan, sin
mención alguna de los rumores o de su posible aparición.

Los rumores son seria arma propagandística. Puede ser peligrosa, si no se la combate, en
general o con poca habilidad sin saber las regularidades a las que se subordinan el surgimiento
y la circulación de los rumores. No es temible si conocemos cómo enfrentarlo, si empleamos
oportuna y hábilmente este conocimiento conjugando las medidas preventivas con intensas
medidas de carácter informativo, ideológico y propagandístico.

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