Tecno música

Publicado el 15 abril 2011 por Alma2061

Disc-jockey

La irrupción de los disc-jockeys corrió paralela al auge de la música disco y tecno. En la actualidad no se limitan a poner discos ya grabados, sino que crean nuevas mezclas y sonidos.

Tecno, género de música producido por medios electrónicos que apareció en Detroit a mediados de la década de 1980 y que obtuvo gran éxito comercial en todo el mundo.La música tecno nació cuando tres amigos (Juan Atkins, Derrick May y Kevin Sauderson) que habían coincidido en el Instituto de Belleville (Detroit) en 1984 empezaron a crear música sintetizada que reflejaba la decadencia postindustrial de su ciudad y el aumento de la importancia de la tecnología informática. Atkins utilizó por primera vez la palabra ‘tecno’ para describir sus experimentos con sintetizadores analógicos y digitales. Posteriormente la etiqueta se ha aplicado a una ingente variedad de estilos de música de baile. Influido por la música pop electrónica europea (especialmente por el grupo alemán Kraftwerk, primer conjunto que utilizó de forma exclusiva sonidos sintetizados en su música) y el funk psicodélico de George Clinton y Bootsy Colins, el tecno de Detroit creó paisajes futuristas apoyándose en ritmos de danza. Mientras la música house de Chicago (una amalgama de disco, soul y funk) se apoyó en los graves poderosos y en un inamovible compás 4/4, el tecno primigenio experimentaba con diferentes parámetros del sonido para producir diversos ritmos y ambientes.En Estados Unidos la música tecno ha sido eclipsada durante mucho tiempo por el estilo hip-hop (base de la música rap). En Europa, sin embargo, es un estilo omnipresente, tanto en el sector de la música de baile comercial como en la escena underground, paraguas bajo los que se ha expandido desde 1985 adoptando innumerables formas, como el hardcore –versión acelerada que persigue la alienación colectiva-, el ambient –lo contrario: ritmos acuosos que buscan la relajación- o el jungle –de ritmo vertiginoso como el hardcore, pero aderezado con toques de reggae y ritmos cortados. A finales de la década de 1990 apareció otra variedad, el big beat, a base de interpretar ritmos característicos del tecno con instrumentos más propios de una banda de rock, como la guitarra eléctrica o la batería, que son grabados y reutilizados como samplers junto con otros elementos de corte jazzístico o cinematográfico. Surgieron así propuestas como la del dúo Propellerheads, que alcanzó un gran éxito antes incluso de editar su, hasta la fecha, único álbum, Decksanddrumsandrockandroll (1998), Moby, The Prodigy, Daft Punk, Fatboy Slim o The Chemical Brothers.
pt;tex & i n �� @�k y;line-height:normal'>A través de los siglos, los musulmanes han utilizado no sólo los intervalos de semitono y tono con el que está familiarizado el oído occidental, sino también los intervalos de cuarto de tono, tres cuartos de tono, cinco cuartos de tono y tono y medio. Además, existen varios tamaños de semitonos y tonos enteros que vienen a aumentar el vocabulario sonoro y a incrementar las posibilidades de complejidad tonal. Para realizar un segmento idéntico con escalas de tres, cuatro o cinco tonos, se escogen algunos de estos intervalos. Para formar una escala de una o dos octavas de extensión que defina el modo melódico, o maqam (en la música persa, dastgah) sobre el cual se base la improvisación o la composición, se combinarán, a su vez, unos segmentos similares o distintos de los del ejemplo anterior.

La estructura rítmica no es menos compleja ni prolífica. En lugar de los compases regulares de dos, tres, cuatro o seis pulsos, los musulmanes prefieren la prosa musical no acompasada e improvisada, así como los complejos modos rítmicos de la poesía musical. El modo rítmico (iqa) consiste en un patrón repetido de hasta 24 (y a veces más) pulsos. La ornamentación aumenta aún más la complejidad de la línea melódica. Difícilmente se toca alguna nota sin algún tipo de embellecimiento o técnica de repetición.

2.3   Abstraccionismo

La música islámica, al igual que sus artes visuales, consiste en una forma abstracta. Los cambios en el tono, modo, ritmo y en el tempo muestran poca relación con el contenido extramusical de una obra interpretada (el ambiente o sentimiento del relato del texto). En lugar de ello, el músico manipula los elementos musicales a fin de subrayar las divisiones estructurales. Se evita la armonía, es decir, el elemento musical probablemente con mayor capacidad para servir de vehículo a un relato o sentimiento. La atención se centra en la complicación modal y rítmica de una línea melódica única. Incluso dentro de un conjunto, los músicos tocan al unísono o de forma heterofónica (variando simultáneamente la misma melodía).

2.4   Combinaciones modulares

La música islámica también puede ser descrita como modular, ya que se estructura mediante la unión artística de motivos melódicos y rítmicos cortos, en lugar de usar melodías largas y unificadas. Estos motivos se elaboran con variaciones intensivas, lo que despierta el interés del oyente que vuelve a oír una y otra vez esas joyas modales o rítmicas. Estos módulos se combinan en segmentos que pueden repetirse o combinarse con otros segmentos. De ahí que las frases, secciones y estribillos sirvan también como unidades modulares.

2.5   Repeticiones

El uso de la repetición en la música islámica se evidencia en la reiteración idéntica o variada de motivos, notas importantes del modo melódico, y frases, líneas o secciones del estribillo. Incluso las notas largas se descomponen durante la interpretación, y se utilizan como sonidos repetidos o como ornamentaciones con varios intentos de retorno a la nota principal. Otro elemento reiterativo es el ciclo rítmico (iga) que se repite a lo largo de una pieza o sección. También se repiten algunos motivos rítmicos cortos, lo que sirve para unificar aún más la improvisación o composición. El retorno a la frase del motivo o del estribillo suele coincidir con el final de un ciclo rítmico, con una vuelta a la nota más importante del modo melódico (maqam), o con ambas situaciones (lo que crea una especie de rima musical).

2.6   La cualidad de lo interminable

Dado que cualquier interpretación se compone de una serie de unidades autónomas que se repiten y varían, resulta difícil apreciar que el final de una sección en particular es más definitivo que el de otra. Cada frase o segmento tiene su parte de tensión estética, y el retorno de algunos o de todos los elementos de la repetición o rima musical aporta su propio sentido de finalización.

3   LOS INSTRUMENTOS

Quizá el instrumento más importante de la música islámica sea la voz humana, que suele utilizarse con un acompañamiento mínimo o inexistente. Existen laúdes de pulso en variedades de mástil largo o corto. El más importante de éstos, tanto en la interpretación como en los escritos teóricos, es el ûd que se parece a su derivado, el laúd europeo. También son importantes los laúdes de arco o violines, con muchas variedades que llevan el nombre de rabâb. Los instrumentos de viento más importantes son los de doble lengüeta (de la familia del oboe) y la flauta de caña que se sopla por un extremo. El tambor de membrana única y forma de copa (tablâ, darabukka) y el pandero (daff, riq, bendir) están entre los instrumentos de percusión más utilizados. Los tambores de doble membrana y los pequeños timbales les siguen muy de cerca en popularidad.

4   LA RESPUESTA DEL PÚBLICO

Dado que cualquier actuación está compuesta por una serie de secciones musicales independientes, el público puede mostrar su aprobación al final de cada una de las partes, en lugar de tener que esperar a la conclusión de la presentación. La reacción puede traducirse en aplausos, pero más a menudo en exclamaciones espontáneas como Allah! (literalmente, '¡Dios!'). Dichas interjecciones del público dan apoyo a los músicos, y les anima a comenzar otra sección.

5   EL ARGUMENTO DE LA LEGITIMACIÓN

La sociedad islámica ha sido testigo de una larga controversia sobre la naturaleza de la música. Tradicionalmente se consideraba que había que controlar la música vocal e instrumental para sostener la moral de la comunidad. No existe una música que se acerque más a este objetivo que el canto coránico. Se han apreciado, tolerado e incluso condenado otras músicas, siempre según la tolerancia de cada sociedad islámica en concreto. Si determináramos una línea continua para la música, el canto coránico estaría en un extremo, como modelo de perfección, y en el opuesto encontraríamos la música considerada artísticamente divergente y moralmente debilitante. Este último tipo de música se considera ilegítima para los musulmanes, tanto si se es ejecutante o como si se es oyente. Por otra parte, el canto coránico nunca ha sido descrito como música para mantenerlo alejado de cualquier tipo de asociación o influencia de géneros menos favorecidos o desaprobados. Si bien la música ha florecido en todos los siglos de la historia del islam, la dificultad que entrañan sus muchos tipos de músicas y músicos sigue siendo una realidad cultural vigente.