Ante la derivada totalitaria de los Estados tras la "pandemia" cabe la posibilidad de que entren en quiebra y colapsen de alguna u otra forma, la subida de impuestos y la crisis económica galopante así lo confirman, de manera que se abre la esperanza de abrir nuevas vías de organización social a todos los niveles.
Sin duda el peor fascismo no va a ser político sino el científico, el tecnofascimo será la culminación de todos los totalitarismos.
La dimensión tecnológica está trascendiendo todas las creencias, religiones e ideologías que pueda tener cada individuo de manera que está deformando a cada momento la realidad en la que vive su día a día. Esta invasión de la tecnología en la vida de la sociedad en general conformará la nueva esclavitud tecnológica.El hombre moderno del siglo XXI es el esclavo tecnológico del futuro, el culto y la pleitesía que rinde al nuevo dios reemplazará en buena medida buena parte de sus creencias a todos los niveles