Ted es un oso de peluche que regalan una navidad a un niño de 8 años que no consigue amigos y es bastante introvertido. En su afán por conseguir amigos, pide el deseo de que su osito nuevo, pueda hablar y así se convierta en su mejor amigo. Su deseo se cumple, y pasado 20 años, siguen siendo los mejores amigos, pero en una adolescencia continua. Ted, se ha convertido en el amigo de todas las juergas, y John, en un adolescente de 35 años, que sigue todas las locuras que le procura su amigo. Todo esto, hasta que su novia pretende pararle los pies, y meterle de lleno en la madurez.
No me considero un fan de Padre de Familia, de hecho, creo que con el tiempo ha ido perdiendo esa frescura de las primeras temporadas, y se ha convertido en una manera de ir metiendo gags muy parecidos unos de otros sin mucho sentido en algunas ocasiones. Pero es una serie que si coincide en mi zapeo, me quedo enganchado y la veo, me gusta sin más. Es por esto que puedo decir, que me esperaba algo más gamberro del osito Ted. Quizá mi referente era el perro de la familia Griffin, y por eso esperaba algo parecido, y en cierta manera me ha decepcionado.
Entre los actores, tenemos a un sorprendente Mark Wahlberg, con un cambio de registro total y que le ha sentado muy bien. El lado de femenino, cae en manos de Mila Kunnis, a pesar de tener un papel destinado a ser la chica guapa, hace bien su trabajo , y permite que no nos mosqueemos con ella, pues en si, su papel, nos debería de resultar antipático, y por lo menos en mi caso no ha sido así. Ted, en la versión original, es el propio McFarlane, pero yo he visto la versión doblada, y he escuchado a Santi Millán, por lo que prefiero no valorar su trabajo. Y si en algo destaca la película, es en sus magníficos cameos. Por supesto el de Sam J. Jones (el Flah original), es indiscutible, y le viene muy bien a la película. Pero también tenemos a Tom Skerrit, y a otro que prefiero no nombrar, por lo sorprendente de su aparición, y que no os quiero chafar.