Tejidos y plumaria precolombina(II de III): vestimenta azteca

Publicado el 26 marzo 2014 por Víctor Barrera Alarcón
Continúo este brevísimo repaso por la historia de la vestimenta precolombina, en este caso terminando la zona de Centroamérica. En esta ocasión me centro en el Imperio azteca, en unas directrices muy básicas, ya que cada zona adoptaba sus diferencias y sus rasgos característicos.

Un maxtlatl y timatli

El vestido principal del hombre es el maxtlatl, que envolvía la cintura, pasaba entre las piernas y se anudaba en el frente, dejando caer por delante y por detrás los dos extremos de la tela, normalmente decorados con bordados. El taparrabos no era más que eso, y era muy usado por los mayas y olmecas. Para trabajar sus tierras o cargar sus fardos, tenía otro vestido. Usaban una manta o tilmatli, de fibra de maguey los del pueblo, otros de algodón, incluso de pelo de conejo y en ocasiones reforzado con plumas para el invierno. Era una pieza rectangular de tela, que se anudaba en el pecho o sobre el hombro derecho. Los aztecas no conocían los botones. Al sentarse, la tela les cubría completamente el cuerpo y las piernas. Tenía una gran riqueza de colores y dibujos. El arte de las tejedoras (que hacían las prendas de lujo) se cree que proviene del Este, donde crece el algodón. En la capital las tejedoras estaban protegidas por Xochiquetzal, diosa de las flores, de la juventud y del amor. Se decía que las mujeres que nacían bajo el signo “ce xochill” (uno flor) serían muy buenas tejedoras. El códice magliabechi tiene muy buenas miniaturas de tejidos.

Códice Magliabechiano


Hay varios tipos de tilmatli:
  •        Coaxayacayo tilmatli, decorado con formas de serpientes
  •        Con dibujos de tochomitl colorado, mariscos.
  •              El de los sacerdotes, negro o verde oscuro y bordado con figuras de cráneos y huesos humanos.


Ichcahuipilli


Además de estas dos piezas, había más, o variaciones: el maxtlatl se podía prolongar sobre las caderas y hasta los muslos a modo de delantal triangular. Los guerreros usaban bajo el tilmatli un xicolli, una túnica de mangas cortas. El huipilli era una variación del xicolli, sin mangas y que se pasaba por la cabeza, usado por las mujeres.
Además, normalmente se ponían 2 o 3 mantas encima, o vestidos ajustados en la guerra. La armadura era de algodón y se llamaba ichcahuipilli. Era una casaca acolchada que detenía las flechas.

Cueitl

En cuanto a las mujeres, usaban una falda llamada cueitl, formada por una pieza enrollada alrededor de la cintura, fijada por un ceñidor. Normalmente llevaban el busto descubierto, pero los nobles usaban huipilli. Gran variedad de colores en las ropas ceremoniales, y blancas en las ordinarias. Pero durante las fiestas Huey (mes) Tecuilhuitl, las mujeres iban vestidas como las nobles y danzaban con los soldados. Un dato interesante es que se identifican a las deidades locales con los vestidos, como Tlazoltéotl (para conocer más sobre el tema recomiendo leer un artículo de este blog: "Tlazoltéotl y la confesión de los pecados entre los aztecas antes del cristianismo"). Se implantó en el centro de México el uso del quexquemitl, esclavina romboidal ricamente decorada. Cada zona acabó implantando su moda.
En cuanto a los pies, destaca el cactli, sandalias con la suela de piel o vegetal atadas al pie con correas entrelazadas. En cuanto a decoración, usaban adornos en orejas, collares, brazaletes en brazos y tobillos. Los hombros además se taladraban el tabique nasal y se adornaban con joyas.
Los tejedores de plumas eran llamados amantecas. Fijaban las plumas preciosas de las aves tropicales sobre ligeras armaduras de caña atándolas una por una con hilos de algodón, o bien las pegaban sobre tela o papel de manera que formaran mosaicos obteniendo ciertos efectos de color por medio de la transparencia. Este arte sobrevivió a la conquista en los cuadritos de plumas, para después desaparecer completamente. Tanto los tejidos como la plumaria eran a menudo empleados como intercambio en acuerdos comerciales o como regalos a otros pueblos, como fue el caso de Moctezuma a los españoles. Hacían penachos de plumas, coronas, a modo de adornos en otras prendas o en nácares.

Penacho de la zona de Tenochtitlan