Un nuevo telescopio en Arizona ha tomado las imágenes más nítidas hasta la fecha, para un instrumento emplazado en la superficie de la Tierra. El telescopio emplea un nuevo sistema que le proporciona una resolución nunca vista antes.
La tecnología confía en un sistema de óptica adaptativa, un mecanismo que permite que el espejo de un telescopio pueda doblarse con el fin de compensar la pérdida de nitidez de la luz al pasar por la atmósfera terrestre.
El nuevo sistema ha sido instalado en el Large Binocular Telescope (LBT), una instalación de 120 millones de dólares situada en la cima de Mount Graham en Arizona. Hasta ahora se han conseguido imágenes tres veces más nítidas que las obtenidas mediante el Telescopio Espacial Hubble, según afirman los científicos del LBT. Todo esto únicamente empleándose uno de los nuevos espejos de 8,4 m de diámetro.
"Los resultados de la primera noche fueron tan buenos que creímos que se trataba de una casualidad, pero cada noche que funciona el sistema de óptica adaptativa continúa excediendo muestras expectativas", declaró el astrónomo Simone Esposito, el líder de un equipo de Observatorio Arcetri de Italia del Istituto Nazionale di Astrofisica (INAF). "Estos resultados se obtuvieron empleando únicamente sólo uno de los espejos del LBT, imaginémonos el potencial cuando este sistema de óptica adaptativas esté funcionando en ambos ojos del LBT."
El INAF colaboró con él en Observatorio de Steward de la Universidad de Arizona para construir el dispositivo de óptica adaptativa, llamado First Light Adaptive Optics system (FLAO).
El Telescopio Espacial Hubble a conseguidos imágenes notables gracias a su ubicación por encima de la atmósfera terrestre. Este telescopio y otros tienen otra ventaja sobre los ubicados en la superficie de la Tierra: pueden enfocar un objetos celestes durante horas e incluso días, acumulando de forma continua luz para conseguir una imagen más brillante.
El mal tiempo puede interrumpir las jornadas de observación en la Tierra, pero incluso teniendo condiciones de cielo perfectas, los telescopios ubicados en tierra deben parar de observar a la salida de sol.
El propio Telescopio Hubble tiene un espejo de 2,4 m, bastante pequeño comparado con el de los mayores observatorios de la Tierra. Sin embargo, los telescopios ubicados en la superficie de nuestro planeta están limitados por la turbulencia atmosférica, que distorsiona las imágenes al pasar la luz a través de ella. Este fenómeno se parece a la forma en la que el agua afecta la imagen del fondo de una piscina.
Aquí es donde entra en acción la óptica adaptativa.
El LBT tiene un espejo secundario incorporado de 91 cm. Este espejo de tan sólo 1,6 mm de grosor, es tan flexible que puede ser fácilmente curvado por los 672 imanes que están pegados en su dorso.
Un sensor especial detecta las distorsiones atmosféricas a tiempo real y controla el espejo para ajustar su posición y compensar este efecto, hasta eliminarlo. El espejo puede realizar un ajuste cada milésima de segundo, con una precisión superior a los 10 nanómetros (un nanómetro equivale a una millonésima de milímetro).
Los astrónomos miden la nitidez de una imagen mediante un parámetro llamado la proporción Strehl, una escala en la que el 100% sería una imagen perfecta. Sin óptica adaptativa, la mayoría de observatorios en la Tierra tendrían una proporción Strehl de menos del 1%.
Con este nuevo sistema, el LBT ha conseguido proporciones Strehl del orden del 82 al 84%.
"Los tiempos que vivimos son increíblemente emocionantes puesto que este nuevo sistema de óptica adaptativa permite que el LBT se convierta en el telescopio óptico más potente del mundo", explicó Richard Green, director del LBT. "Los exitosos resultados muestran que la nueva generación de astronomía ha llegado, proporcionándonos apenas un vistazo del creciente potencial que desarrollará el LBT en los próximos años."
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Publicado en Odisea cósmica¡Suscríbete Ya!