´Las naciones que ignoran su historia, están condenadas a repetir sus tragedias´, preciso diagnóstico que, adelantado a su época, Aristóteles pareciera haber vislumbrado sobre los pueblos que repetidamente, en democracias fallidas, eligen gobernantes que los mantendrán bajo el yugo de la más profunda inequidad, pobreza y sometimiento, hoy, más que nunca, somos la prueba fehaciente, cobardes, que terminamos aceptando la imposición de Televisa, donde inminentemente tendremos de vuelta la presidencia más corrupta, represora y asesina de nuestra historia.