Tema de moda: las fundas

Por Maestrovalencia
El Arte de torear está pervertido desde que no se respeta la integridad del toro bravo y no se le lidia conservando la pureza en todos los tercios. El principio del fin de este Arte empezó desde el momento en se perdió la conciencia de la importancia de un tercio de varas íntegro. Ese es el verdadero problema.

El tercio de varas está pervertido y se realiza de forma fraudulenta en todas las plazas de toros sin excepción, sin que nadie, empezando por las presidencias, tome medidas al respecto. Todos los caballos de picar y petos con que saltan a los ruedos, TODOS, exceden el peso reglamentario, pero miramos todos a otro sitio y aquí no pasa nada.

El foco de las iras sobre la integridad en el toreo de un tiempo a esta parte se centra en clamar al cielo por el uso cada vez más extendido de fundas protectoras de astas en los toros durante su cría en el campo.

Efectivamente el uso de fundas es algo que si bien legalmente está permitido a todas luces es algo negativo para el animal, este ha de ser manipulado por el hombre en su colocación y retirada, con el stress que ello conlleva para el animal y los problemas posteriores que eso acarrea en cuanto a su comportamiento durante la lidia. Además el toro pierde la noción de la longitud real de sus astas, tomando como referencia la medida de estas enfundadas, el efecto consiguiente es el mismo que el de un toro que haya sido recortado, la conclusión es clara, si recortar está tipificado como delito el uso de fundas también debería estar prohibido.

Estando de acuerdo en el fraude que representan las fundas creo que se debe ofrecer una solución a los ganaderos que de un tiempo a esta parte se enfrentan a muchos problemas. La cría de ganado bravo, seamos realistas, es algo que se hace por afición, todos los ganaderos que conozco hacen un gran esfuerzo tanto personal como económico por mantener sus ganaderías.

A lo largo de la vida de una “generación” de toros de lidia se pierden muchos antes de llegar a la edad adulta. El toro por su naturaleza es asesino, muchos se pelean y se producen bajas además un gran número daña su encornadura, lo que dificulta y muchas veces imposibilita su venta. Hay toros que tienen el vicio de clavar sus cuernos en la arena, de topar contra árboles o piedras etc… y las puntas de sus cuernos quedan romas, no han sido manipuladas, pero las puntas están deterioradas.

Las rigurosas normativas veterinarias actuales, que tratan de igual manera una dehesa de bravo que un cebadero para vacas de carne, han encarecido la crianza del bravo y obligan anualmente al sacrificio de muchas cabezas de ganado dificultando aún más la labor ganadera.

Estas normativas “sanitarias” son insalvables, que haya animales que se maten en peleas en el campo es algo que un ganadero de bravo ha de asumir como uno de sus costes. Un toro con las puntas romas porque puntee en la arena… objetivamente no es un animal manipulado, de hecho si acierta pegará una cornada bastante fuerte. Un análisis de astas revela claramente si un cuerno está en esas circunstancias por un desgaste natural o por efecto de un serrucho…

Para acabar con las fundas y otro tipo de manipulación en las astas, en mi opinión se deben prohibir las fundas, pero hemos de permitir que salgan toros al ruedo con puntas moderadamente romas, siempre que sea algo “natural” y no forzado por el ganadero. Para evitar sospechas sobre posibles manipulaciones, esto creo que se debería hacer ya, habrían de analizarse todas las astas que se lidien al menos en plazas de primera y segunda.

Tal y como están las cosas hay que ofrecer una alternativa a los ganaderos, quienes no creo que enfunden sus toros con otro fin que el minimizar sus pérdidas, no como en el “afeitado”, con las fundas no pienso que estén manipulando “a mala fe”, por eso creo que siempre que se pueda demostrar que un ganadero no está engañando con la presentación de los pitones de sus toros, ojo ni afeitar ni sacar punta que estamos en las mismas, debemos de ser más laxos con su presentación, ya que objetivamente es algo natural.

Con esto podríamos zanjar el problema de fundas y barberías y centrarnos en el problema real, la perdida del tercio de varas y por añadidura de la casta en la mayoría de la cabaña brava actual.