La prensa cubana ha reconocido por primera vez en 56 años, que han tenido que traer extranjeros para llenar la Plaza de la Revolución.
En las imágenes que han sido divulgadas, resulta curioso que no haya ninguna toma de Castro y Maduro con "el millón de cubanos" de fondo. Dos opciones podrían ser la razón: O los asesores de marketing se olvidaron de usar una imagen que sería de gran impacto mediático, (lo cual dudo mucho pues ellos tienen 56 años de experiencia) o La Plaza no estaba tan llena en realidad como nos han querido hacer ver.
Me llama la atención que no hay videos de ninguna cadena de respeto y credibilidad con ese "mar de seguidores" castristas. Ninguno. Tampoco se han visto reportes aun de ningún periodista independiente.
Pero supongamos que en efecto, lograron llenar la Plaza Cívica en La Habana: ¿cuánto costó semejante despliegue "revolucionario"? ¿por qué no celebraron el primero de mayo con solidaridad masiva con los mas de 10 mil damnificados de las inundaciones desastrosas de la Habana, apenas horas antes?
Con toda esa fuerza de trabajo, en muy poco tiempo la ciudad habría quedado limpia y los miles de infelices que han perdido todo, incluídas sus casas, no se sentirían abandonados a su suerte, como ciertamente están.
El General Raúl Castro parece mas preocupado por su seguridad, que por los afectados en inundaciones, a juzgar por las imágenes. Lo vemos usando su gorra "especial" bien dura, o sea su gorra anti balas. También se observa que usa un chaleco de protección bajo su uniforme verde olivo; porque dudo que a sus 83 años, tenga ese pecho así de firme y robusto.
Pero, ¿por qué Raul Castro tendría que usar tales protecciones en el país "mas seguro y tranquilo" del mundo? Todo parece indicar que tiene miedo pero... ¿de quién? ¿ de algún general propio que no se conforma con ser relegado por el hijo o nieto de Raul, tras las "elecciones" de 2018? Si Raúl tiene tanto miedo, por alguna amenaza real ha de ser.
Por lo pronto, se han producido 27 derrumbes en La Habana; y me temo que lo peor está por venir; pues los habaneros sabemos, que cuando sale el sol, tras la lluvia, es cuando de verdad empiezan a caer los edificios coloniales. Sin embargo hay un rayo de esperanza iluminado por la lógica, cuando un ciudadano abandonado ya no tiene nada que perder, pierde hasta el miedo.