El rey Juan de Inglaterra (conocido por el pseudonimo de Juan sin tierra), ha sido obligado a firmar la Carta Magna, redactada por sus señores feudales, para tratar de limitar su despótico poder. Ante esta situación, el rey Juan (Paul Giamatti), se revela, y con la ayuda de unos mercenarios daneses, va reconquistando sus castillos, hasta que llega al castillo de Rochester, donde el Barón de Albany (Brian Cox), junto con un puñado de fieros guerreros, entre los que se encuentra un Templario (James Purefoy), defenderán el castillo del asedio, y así impedir el despliegue del rey Juan.
Y no solo esta ayudado por los actores, sino que la buena labor de fotografía, ambientación y vestuario, también haca ganar muchos enteros a la película.
En definitiva, una película entretenida, para pasar un buen rato (que como muchas veces digo, no es poco), pero nada del otro mundo. Se deja ver y no merece mucho más por mi parte.