A mi Padre..
Aunque parezca mentira, no conocía el Templo de Debod, y recientemente lo fui a visitar. Por un momento me teletransportó a mis dias en Egipto, aunque también debo reconocer que me impresionaron mucho mas los monumentos y obras que alli se encuentran, es indescriptible, magestuoso. No obstante debo reconocer que es un bonito regalo que los egipcios nos hicieron por la ayuda prestada en Abu Simbel (proximamente os hablaré de Abu Simbel).
El Templo de Debod fue un regalo de Egipto a España en 1968 en compensación por la ayuda española tras el llamamiento internacional realizado por la Unesco para salvar los templos de Nubia, principalmente el de Abu Simbel, en peligro de desaparición debido a la construcción de la presa de Asuán. Egipto donó cuatro de los templos salvados a distintas naciones colaboradoras: Dendur a los Estados Unidos (se encuentra actualmente en el Metropolitan Museum de Nueva York), Ellesiya a Italia (Museo Egipcio de Turín), Taffa a Holanda (Rijksmuseum van Oudheden de Leiden) y Debod a España.
El templo de Debod se encontraba situado en la pequeña localidad que llevaba este nombre (Debod), en las orillas del río Nilo, próximo a la primera catarata, en la Baja Nubia, «país del oro», al sur de Egipto, muy cerca del lugar donde el Nilo corta al Trópico de Cáncer. Un poco más al norte, en la isla de Filé, se encontraba el gran santuario de la diosa Isis. El templo de Debod formaba indirectamente parte de ese santuario, aunque su culto estaba dedicado al dios Amón de Debod. Teológicamente ligado a Filé desde el siglo I a. C., tendrá también una especial vinculación con otros templos de la zona. Esta región, fronteriza con el reino de Meroe, fue objeto de disputa entre los gobernantes egipcios y meroitas hasta el siglo I a. C., cuando el emperador romano Augusto estableció definitivamente la frontera.
Una vez desmontado el templo en 1961, fue llevado a la isla Elefantina, junto a Asuán, la antigua Siena. Allí permanecieron la mayoría de los bloques de piedra hasta el mes de abril de 1970, en que de nuevo viajaron; esta vez, rumbo a Alejandría. El día 6 de junio de dicho año, las cajas embaladas que contenían los bloques del templo de Debod fueron embarcadas en el buque Benisa y llegaron al puerto de Valencia (España) el día 18 de ese mismo mes. Desde Valencia fueron transportadas en camiones hasta Madrid, donde se almacenaron en el solar del Cuartel de la Montaña.
La tarea de los arqueólogos españoles bajo la dirección de Martín Almagro fue difícil, pues el Servicio de Antigüedades de Egipto sólo entregó un plano y un croquis del alzado del monumento, junto con algunas fotografías sin referencia de ninguna clase. Más de cien bloques habían perdido la numeración y muchos fragmentos llevaban una marca que no correspondía al plano. Finalmente, y tras varios titubeos, la reconstrucción del templo fue una anastilosis, lo cual levantó ex-novo la fachada hipóstila, bajo columnas, perdida desde el siglo XIX, y cerró el mammisi por su lado este.