El barco llega hasta casi la puerta del Templo greco romano de Horus y Sobek que está sobre un recodo del río Nilo.Comparativamente a otros templos, queda menos para apreciar, pero aún así permite captar lo que fue alguna vez la vida religiosa de la población.
También se tiene en las paredes un calendario con las crecidas del Nilo.
Es doble templo dedicado a los dioses: Horus, el halcón y Sobek, el cocodrilo. Por esa razón todo está duplicado.
En algunas salas las figuras esculpidas en las paredes sufrieron daños intencionales para borrar o desfigurar los rostros de las personas. Además, pagando otra entrada aparte, se accede a un museo del cocodrilo, donde hay momias de los mismos
Pero lo positivo de la visita supera este tipo de incidente, común en todos los lugares donde hay turistas. Es cuestión de estar prevenidos y no facilitar.