Templos de Angkor, morada de los dioses

Por Mteresatrilla
Siem Reap poco tiene que ver con la Camboya que hemos visto hasta el momento. No sé si ha sido una buena idea dejar los famosos y muy visitados Templos de Angkor para el final del viaje.Destinamos la primera tarde a recorrer los lugares más céntricos de esta ciudad que, como gran centro turístico que es, ofrece todas las infraestructuras que el turismo de masas requiere. Desde el primer hotel construido en 1937 por los franceses - el “Grand Hotel des Ruines” – el panorama ha cambiado completamente y el tranquilo pueblo que era entonces ha pasado a convertirse en uno de los lugares más visitados del Planeta. El motivo se llama Angkor, la antigua ciudad sagrada que se encuentra a 8km al norte de Siem Reap, la que fuera el centro del gran Imperio Jemer durante varios siglos. Un poderoso reino que no se limitaba únicamente al territorio de la actual Camboya sino que abarcaba prácticamente la totalidad del Sudeste Asiático: la actual Tailandia, Laos, Vietnam y parte de Birmania y Malasia. La herencia de aquella época se muestra al mundo como una de las mayores joyas arqueológicas y de ello están orgullosos los camboyanos, de tal manera que Angkor Wat se ha convertido en un símbolo para el país. Es Patrimonio de la UNESCO desde 1992. 

Templo de Angkor Wat

De la misma manera que ocurre con el resto de grandes imperios de la antigüedad, es difícil encontrar una causa única sobre el motivo de su declive y desaparición. Se habla de épocas de hambre, de epidemias, de superpoblación, a cambios de patrones comerciales o a las guerras. Una de las teorías, apuesta por la acción expansionista de los siameses, una antigua tribu procedente de China que entró en el territorio jemer huyendo de los mongoles. En 1431 invadieron el país y saquearon la ciudad sagrada de Angkor, obligando al último monarca Dharmara Jadhiraja a establecerse en Phnom Penh.Otra de las causas pudo ser una mala gestión del agua o no saber adaptarse a las nuevas condiciones climáticas.  Hay que tener en cuenta que la red hidráulica que se construyó entre los siglos XI y XIII llegó a tener mil kilómetros de longitud y en los llamados barays almacenaban el agua sobrante de las lluvias monzónicas que se utilizaba para regar los campos durante el resto del año.Lo cierto es que a finales del siglo XVI, la ciudad de Angkor se fue abandonando y olvidando hasta llegar a quedar sepultada en la selva, a excepción del templo de Angkor Wat que permaneció habitado por monjes budistas.  La primera visita documentada de un occidental fue en 1586, un fraile capuchino portugués, pero no fue hasta finales del siglo XIX cuando los franceses prestaron atención a aquellas maravillas escondidas y lo dieron a conocer al resto del mundo. De los pocos privilegiados que podían permitirse el lujo de acomodarse en el Grand Hotel D’Angkor se ha pasado a casi dos millones de turistas anuales, la mayoría de ellos conducidos por touroperadores. Algunos espacios de los que antaño fueron destinados tan sólo a los dioses, se ven ahora invadidos por masas humanas, especialmente Angkor Wat, el más grande de todos los templos.Cuando ya cae la tarde, turistas de cualquier rincón llenan las calles de Siem Reap. La máxima animación se concentra entre Pub street, Alley street y el Psar o mercado central. Mucha gente, muchas tiendas, restaurantes, pubs, heladerías, pastelerías, souvenirs... y el personal muy insistente. La cantinela “sir, madam, tuktuk, do you need something?, silk, scarf, good price for you, T-shirts, look inside, something to eat, massage, manicure, pedicure, fish massage ....” se repite una y otra vez sin tregua.   En el mercado no se ven las costureras ni las máquinas de coser pero sí muchos puestos con camisetas, plata, seda y otros artículos más atractivos para los turistas.


Angkor Wat. Fachada posterior


Avenida que conduce a Angkor Wat

Me despierto con una sensación extraña. No sé si es debido a que el viaje está llegando a su fin, quizás porqué no me siento a gusto en estos lugares tan masificados, quizás por el contraste de encontrar este ambiente viniendo de zonas rurales, de verdes campos de arroz, pescadores, gente entrañable... Por otro lado estoy nerviosa y contenta porqué se hará realidad uno de mis sueños. Quizás se trata del temor a que lo que me encuentre no es tanto como me espero, quizás el miedo a encontrar tanta gente que no lo pueda disfrutar ....La idea para el primer día es visitar el gran Templo de Angkor Wat, la ciudad amurallada de Angkor Tom, con el Templo de Bayon y Ta Prohm. Contratamos un tuktuk para todo el día y nos dirigimos hacia los templos. Compramos el pase que sirve para tres días consecutivos, cuesta 40$ e incorpora una fotografía digitalizada para que no pueda ser transferido. Teóricamente, el 68% de la recaudación se destina a la administración de los templos, el 17% es para la propiedad que lo explota (el multimillonario dueño del grupo Sokimex, al que pertenecen también la mayoría de gasolineras del país y varias hectáreas del Parque Nacional de Bokor) y el 15% restante se destina a labores de restauración.

Angkor Wat

Bailarinas en Angkor Wat



El primer objetivo es Angkor Wat y como era de esperar a primera hora se concentra mucha gente para hacer la visita. De acuerdo que estamos en temporada alta pero no nos esperábamos tanta aglomeración. El motivo es que hoy se celebra una media maratón y por lo que se ve, con mucha concurrencia. Está todo a reventar y con una música ensordecedora mientras van anunciando los dorsales de los primeros en entrar a la meta. Atravesamos esta marabunta y, por la avenida principal nos disponemos a ver por primera vez Angkor Wat. La primera imagen, la primera sensación, la que tenía que ser una experiencia inolvidable, erizarme el vello y producirme palpitaciones…. ha sido una decepción inicial, principalmente por la gran cantidad de visitantes. A medida que hemos ido avanzando, las buenas sensaciones han ido en aumento.
Las apsaras, las ninfas o diosas celestiales adornan muchas de las paredes del Templo. Pero también demonios, garudas, nagas… es una maravilla.

Apsaras en Angkor Wat


Está considerado como el mayor edificio religioso jamás construido. Aunque siempre pongo en duda estas afirmaciones superlativas, lo que sí es cierto es que se trata de una joya arquitectónica. Forma parte del complejo de templos construidos en la zona de Angkor, la antigua capital del Imperio jemer entre los siglos IX a XV, cuando estaba en su máximo apogeo. Angkor Wat fue no sólo el centro religioso del imperio sino también el centro político y albergaba el Palacio Real.

El templo consiste en tres niveles y en el superior, conocido también como Bakan, se encuentran las cinco torres en forma de loto, cuatro en los extremos y la torre central representando el Monte Meru, la morada de los dioses según la tipología hinduista.Estos tres niveles están dispuestos en forma de recintos rectangulares concéntricos rodeados por unos corredores de 3.6 kilómetros de longitud y 200 metros de anchura que abarcan todo el perímetro. En el complejo central y a lo largo de 800 metros unos impresionantes bajorrelieves describen con detalle los acontecimientos épicos de los cuales una gran cantidad de personajes mitológicos son los protagonistas.


Bajorrelieves en Angkor Wat





De Angkor Wat nos dirigimos a Angkor Thom, la gran ciudad fortificada dentro de la cual se encuentra el Templo de Bayon. Sus 54 torres decoradas con 216 enormes rostros -tan sonrientes como enigmáticos- de Avalokiteshvara, tienen un gran parecido al rey Jayavarman VII, según está documentado. A diferencia de Angkor Wat que está construido en estilo hinduista, Bayon está construido en estilo budista pero igual que en el primero, destacan unos magníficos bajorrelieves que narran escenas de la vida cotidiana del pueblo jemer.

Templo de Bayon





Bajorrelieves en Bayon

Reportaje de boda en Bayon


En la ciudad de Angkor Thom merece la pena detenerse en la Terraza de los Elefantes, sobre cuyos cimientos se levantaban los pabellones reales donde se realizaban las recepciones. Este nombre es debido a la representación de varios elefantes en los relieves que decoran la base de la terraza. Del Palacio Real sólo quedan las murallas y la torre central, conocida también como Phimeanakas. En mejor estado se encuentra la conocida como Terraza del rey leproso, llamada así por la estatua que preside el monumento, desnuda y sin sexo, que representa al rey Jayavarman II quien por lo visto padecía esta enfermedad. Después de comer nos dedicamos a disfrutar de la naturaleza salvaje de Ta Phrom. Se encuentra en plena selva y nos acompaña el canto de los pájaros durante toda la visita. Las descomunales raíces de los árboles penetran en el interior de algunos habitáculos, levantando las pesadas piedras. La selva ha ganado la batalla y centenares de bloques de piedra se amontonan esperando ser devueltas al lugar que les corresponde, tarea difícil y lenta que llevan a cabo un equipo de restauradores camboyanos e indios. Hay fotos de algunas zonas donde se muestra como se encontraban antes de la restauración y el espectacular el trabajo que están haciendo. Como es bien conocido, aquí se rodaron algunas escenas (también en Bayon) de la película Tomb Raider con Angelina Jolie en el papel de Lara Croft.

Ta Phrom



De los tres grandes templos visitados durante el día, por orden de preferencia me quedo con Ta Phrom en primer lugar, seguido por Bayon y Angkor Wat. A pesar de que la riqueza arquitectónica y la monumentalidad de Angkor Wat es muy, muy superior… me quedo con Ta Phrom porqué sencillamente es el que más me ha impresionado.



Preah Khan es el primer templo que visitamos el segundo día. El conductor del tuktuk no habla ni una palabra de inglés, pero nos saca un mapa donde le marcamos los lugares que queremos visitar y él ya se encarga de optimizar el recorrido, al fin y al cabo todos hacemos lo mismo. Haremos el llamado largo recorrido que incluye una serie de templos menos visitados pero no por ello menos interesantes. Preah Khan es un templo grande y para llegar hasta él debemos atravesar de nuevo la ciudad antigua de Angkor Thom. De hecho, se cree que se levantó como residencia temporal de Jayavarman VII mientras se estaba construyendo la ciudad. Tiene cuatro puertas de entrada con respectivos puentes que representan la llamada escena del océano de leche. El templo es un entramado de pasadizos, muchos de ellos barrados por grandes piesdras caídas, porqué aquí la selva también hizo de las suyas. Apsaras, guerreros, demonios… entre un mar de líquenes multicolores que cubren la piedra. En el centro se encuentra el santuario. En el interior, una especie de campana invertida, la original de la cual está en el museo. Esto indica que era un lugar de peregrinación importante.

Preah Khan


Preah Khan


Preah Khan


Preah Khan

Desde aquí y en el sentido de las agujas del reloj seguimos hastaPreah Neak Poanque anteriormente se encontraba en el centro de un gran embalse de 3km por900 metros, el cual abastecía a Preah Khan. Se accede por una pasarela de madera elevada sobre el agua. Se ve una gran piscina central rodeada de cuatro piscinas más pequeñas. En el medio de la piscina central hay una isla circular abrazada por dos nagas, serpientes mitológicas hindúes con cara humana. Fuentes y más esculturas adornan el recinto aunque el conjunto debe contemplarse desde un punto bastante alejado y no se aprecian los detalles. Bajo mi punto de vista, totalmente prescindible.
De aquí a Ta Som. No es muy grande y está bastante derruido. Un gran árbol estrangula completamente la gopura oriental, un punto muy fotogénico.

Ta Som

Mebon Oriental es nuestro siguiente objetivo. Este templo y Pre Rup que visitamos después son de estilos muy parecidos y siguen la estructura de templos montaña. El liquen no los cubre de forma tan exagerada y en lugar de los enormes bloques de piedra, predomina una especie de ladrillo pequeño. Mebon tiene una simetría perfecta y no se ve ninguna piedra fuera de lugar, lo que le da un aire de mayor amplitud. Está en un islote en el centro de lo que fue un gran embalse o Baray oriental. El templo montaña está coronado por el quinteto de torres y el santuario que se levanta en la torre central. Los sepulcros laterales están hechos de ladrillo y presentan unos agujeros que nos indican un anterior recubrimiento de escayola. En las esquinas destacan grandes elefantes de piedra.


Mebon Oriental

Los restos de escayola se pueden distinguir bien en el Templo Pre Rup, rodeado de selva y campos de arroz. Parecido a Mebon pero mucho más grande, desde la parte más elevada donde se accede por unas empinadas escaleras, se contemplan unas vistas magníficas. Pre Rup significa “cambiar el cuerpo” lo que podría indicar que era el crematorio real.Después de comer nos disponemos a visitar Banteay Srei. Está bastante apartado y cae fuera del circuito estándar, por lo que el chofer del tuktuk nos pide 8$ más de los pactados. Aceptamos sin regatear y realmente merece la pena. Aquí tienen el negocio bien montado, con una buena oficina de información, paneles ilustrativos, guardarropía, centro de exhibición y muchas tiendas con todo tipo de artesanía. Se trata del único templo que no fue construido por un rey, sino por un brama. Es también un templo hindú, dedicado a Shiva, más pequeño que los otros pero con un trabajo de filigranas en piedra extraordinario. Se dice que debió ser esculpido por manos femeninas porqué ningún hombre hubiera sido capaz de crear tanta perfección. Consta de tres torres y bibliotecas, tan trabajadas que no queda centímetro sin decoración.

Banteay Srei





El último templo en visitar es Banteay Samré donde nos encontramos completamente solos. Afortunadamente para nosotros, la afluencia de visitantes en todos los templos visitados a lo largo del segundo día es muy inferior a la de los Templos de Bayon y especialmente a la de Angkor Wat. Banteay Samré está bien conservado a pesar de que es de la misma época que Angkor Wat. Consta de un templo central y cuatro alas, precedido por un vestíbulo y dos bibliotecas, una de las cuales se encuentra en muy buen estado. Todo el complejo se encuentra rodeado por dos grandes paredes concéntricas alrededor de lo que fuera una fosa, actualmente seca.

Banteay Samré


Aunque tenemos la entrada para un día más, consideramos suficientes los templos visitados, por lo que el tercer día lo dedicamos a pasear por Siem Reap y a hacer algunas compras. Paseamos por los jardines reales situados enfrente de la residencia real. Tras una gran fuente decorada con cuatro leones, destaca la fachada del Grand Hotel Angkor, un hotel de la época colonial inaugurado en 1929 y que actualmente pertenece a la prestigiosa cadena Fairmont Raffles Hotels International.

Residencia real. Siem Reap


Grand Hotel Angkor. Siem Reap

Cruzamos uno de los puentes del río y buscamos un pequeño “museo” donde hay una reproducción en miniatura de algunos de los Templos de Angkor. Las maquetas se encuentran en el patio en una casa, un auténtico cuchitril de enredos donde los únicos visitantes somos nosotros dos. No merece la pena, aunque el precio de la entrada es tan sólo de 1.5$. La mujer insiste en que subamos sobre unas piedras para asomarnos a la casa del vecino y no entendemos la finalidad ni su interés. No hay más maquetas como nos imaginábamos sino decenas de enormes cocodrilos amontonados, algunos con la boca bien abierta mostrándonos su dentadura y otros dentro de una pequeña balsa con agua. Suponemos que debe ser una granja de cocodrilos pero impresiona de verdad ver 50 ó 60 animales de tal calibre dentro de una casa.   


Miniatura de Angkor Wat


Granja de cocodrilos



No puedo abandonar Siem Reap sin darme un masaje de pies. Consiste en poner los pies dentro de una gran pecera y centenares de pececillos acuden hambrientos a comer las células muertas de los pies. Media hora con cerveza incluida por 3$ y una sensación muy agradable, no apta para los que no soportan las cosquillas. El negocio fue introducido por unos coreanos pero los precios han ido bajando al mismo ritmo que ha ido aumentando la competencia y los coreanos abandonaron el negocio. El primero fue el llamado Mr Fish en el mercado nocturno con unas pequeñas piscinas de plástico. Actualmente son tipo pecera con su depuradora que va limpiando el agua. Los animales son de agua dulce y según me cuenta el chaval proceden de Turquía.
Y esto ya llega a su fin. Por la tarde nos dirigimos al aeropuerto donde volamos de nuevo a Singapur tras despedirnos de este país que tanto nos ha cautivado.