El famoso salto de agua ha quedado rodeado de hielo y parte de su superficie se ha congelado debido a las bajas temperaturas, dejando tan solo una zona de agua líquida en el lugar donde cada verano pueden caer hasta 2.500 metros cúbicos por segundo.
En la parte interior de la cascada, el agua continúa en estado líquido, por lo que se puede ver cómo va quedando congelada al caer.