Pintura por: Tsukiko Kiyomitzu
Ahora comprendo que mi vejez se debe a tu amor
Y sólo rejuvenezco a ratos, recordando las miradas fijas,
la caricia de tus pupilas, lo estéril de tus ideas
Te he de escribir… Añejo
Aunque el licor revuelto en mi corazón haga estragos
Te he de escribir… Añoso
Aunque te burles de mi vetusto sexo,
Y trasnochadas caricias
Títere de tus uñas, la peor versión de mi misma
Quiero saber…. si lo que encontré a tientas
no es el reflejo tuyo,
Arbitrario, como tu adoquina
Lo sé… Te lo susurro…
Me he estado convirtiendo en polvo
Lo sé…Lo sé… no eres al que le escribo
Se a convertido en papel quemado
Se ha separado a ratos de ti
Viene a verme sin desdén, embelecido,
Se asoma bajo mi puerta
Juego, Juegos, que tú no conoces,
no los recuerdas, ni creo que los entiendas
Sin en cambio apareció, pareciendole nada
La gris piel estéril
Yo soy Idolatría, espejista,
¿Y tú?, Tú, esclavo del alarido.
Pagados de nosotros mismos,
Libertinaje,
la ocupación preferida de los grandes enamorados de sí mismos
Cada exceso disminuyo mi vitalidad
Y por lo tanto dejando el sufrimiento
No tubo nada de frenético
Sino solo en sueños