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Un logotipo es la carta de presentación de una empresa, por lo que su diseño es algo de vital importancia que debe tener en cuenta aspectos como el sector en el que se mueve la compañía o su producto. Así, el logo del casino online Platinum Play es una ficha de póker mientras que el de una gran multinacional como Amazon es una flecha que va desde la letra A hasta la Z de su nombre para señalar que en su catálogo es posible encontrar de todo. Estos dos ejemplos son adecuados para mostrar que un logo debe aportar valor, información y quedar fuera de modas, lo que no quita para que haya algunas tendencias que no hay que perder de vista en este 2019.
Cuadriculas para logotipos muy calculados
Desde los años 80 del pasado siglo, las cuadrículas han sido uno de los grandes recursos de los diseñadores gráficos, y es que esta tendencia es casi omnipresente en los últimos años. El secreto de su éxito es muy sencillo, ya que una buena cuadrícula expresa un carácter lógico, racional y un control exhaustivo del campo en el que se trabaja, lo que hace que muchas empresas tecnológicas y científicas apuesten por este tipo de logo.
Durante el pasado 2018 y el 2019 que acaba de empezar, las cuadrículas siguen siendo un gran punto de apoyo para el diseño de una nueva imagen de marca. A las características expuestas anteriormente hay que sumar otras como, por ejemplo, la sencillez de las imágenes creadas de esta forma o su gran capacidad para ser visualizadas en cualquier tipo de soporte.
Colores brillantes para llamar la atención
Esta tendencia es mucho más novedosa que la anterior. El motivo es que los tonos intensos no solían ser muy empleados antes del comienzo de la llamada era digital, ya que producirlos en papel ni era barato ni terminaba de dar buenos resultados.
Ahora bien, hay que pensar que en la actualidad la mayor parte de las veces que se muestra el logo de una empresa se hace a través de la web. Gracias a las grandes pantallas de los smartphones, televisores u ordenadores, emplear tonos llenos de intensidad es tan sencillo como efectivo.
Así, las empresas que se mueven en el ámbito digital suelen apostar por las características que ofrecen estos tonos, aunque su impresión sigue siendo más costosa en términos generales.
Responsive logos para un mundo multipantalla
Si estás leyendo esto y miras a tu alrededor, seguro que ves pantallas con tamaños muy diferentes. El panel frontal de tu smartphone no es del mismo tamaño que el de tu televisión o el de tu ordenador. Entonces, si cada pantalla ofrece una experiencia de visionado diferente, ¿por qué usar un mismo logo en todas ellas?
Esto es lo que muchas grandes empresas han entendido y lo que las ha llevado a usar una nueva técnica de branding conocida como responsive logo que podría traducirse como logotipo adaptativo.
Compañías como Nike, Coca-Cola o Disney cuentan con diferentes logotipos más o menos elaborados dependiendo del lugar en el que vayan a mostrarse. Por coger el ejemplo de la última empresa, su logo en televisiones o en cine aparece con el nombre completo de su creador, Walt Disney, coronado por el famoso castillo que todos conocemos ya. Sin embargo, en los smartphones muchas veces todo se reduce a la letra D, un claro ejemplo de cómo un mismo logotipo puede adaptarse para cumplir su función en formatos muy diferentes. El responsive logo es hoy prácticamente una obligación, así que el reto está en que el observador siga identificando la marca por muy adaptado que se encuentre su logo en cualquier formato.
Simplificar para transmitir mejor el mensaje
Esta es otra tendencia que lleva abriéndose paso en el mundo del branding durante los últimos años y que promete seguir haciéndolo sin mostrar ningún rastro de agotamiento. Se basa en la simple idea de reducir al mínimo el diseño para mostrar simplemente lo esencial, algo que ha seducido tanto a grandes empresas como a conjuntos deportivos que han rediseñado sus escudos.
Un buen ejemplo se encuentra en el conjunto de fútbol de la Juventus, equipo que eliminó su anterior escudo compuesto por líneas verticales y el escudo de la ciudad de Turín por una simple letra J coronada por el nombre del equipo.
Tras esta tendencia se esconde una de las grandes obsesiones del sector del diseño gráfico: la búsqueda del minimalismo hasta el límite. Las imágenes transmiten una idea más fuerte cuanto más limpias se encuentren de elementos superficiales que puedan distraer la mirada del observador, algo que en ocasiones se lleva hasta el extremo reduciendo antiguos logotipos a simples nombres o figuras de extrema sencillez.