Tú...
Tú que encuentras enemigos
en el rincón más perdido,
que a diario te rebelas
y que portas la bandera
de la libertad.
Tú...
Luchador impenitente.
Entiendo que eres consciente
del mundo en el que has nacido.
Nada valen tus quejidos
porque se los lleva el viento,
nada consigue el lamento.
Tendrás que hacerte a la idea
es dura..., ¡maldita sea!,
pero es cierto; ¿de qué sirve
escribir tantas verdades?
Mi buen amigo Rubiales,
la fuerza de las espadas
siempre matan las palabras.
Tus escritos, tan constantes
día tras día, hoy como antes,
nunca van a conseguir
el día que tanto esperamos,
ese día que ha de venir.
En un país de traidores,
de ladrones, vividores,
de miserables felones,
el alma de los valientes
de aquellos que son conscientes
de la miseria existente,
parece que nada vale.
Por la libertad soñada
tendrás que empuñar la espada.
Si hay que luchar contra todos
piensa que no estarás solo,
quiero que cuentes conmigo
yo te seguiré, mi amigo...
¡España bien se merece
defenderla hasta la muerte!
Jesús María Villar
Badajoz, 26/12/2019