He estado pensando, y he llegado a la conclusión de que damos muy pocos abrazos. A ver, piensa, ¿cuándo fue la última vez que diste un abrazo a alguien?
Damos pocos abrazos, y no entiendo por qué. ¡Con lo bien que sienta cuando alguien a quién quieres te da un abrazo y te estruja hasta casi dejarte sin respiración!
Porque esos abrazos, si vienen de alguien a quien quieres ¡saben mejor!
Mirad, las personas nos abrazamos durante una media de 3 segundos. Y unos investigadores han descubierto que si ese abrazo se alarga hasta los 20 segundos, se produce en nuestro cuerpo y nuestra mente un efecto terapéutico. Y es que un abrazo dado con sinceridad produce una hormona llamada oxitocina, comúnmente conocida como ‘la hormona del amor’. Esta sustancia nos relaja, nos hace sentirnos seguros, palia nuestra ansiedad y nos ayuda a superar nuestros miedos.
Voilà! Un remedio casero y baratito para esos días malos. Accesible en todo momento siempre que tengas a alguien al lado… Y tú, si sabes que alguien ha tenido un mal día o está pasando por un mal momento, un abrazo largo ¡y arreglado!
¡Todos a abrazarse!