«Tengo tantas personalidades que cuando digo "Te quiero" no sé si es verdad», de Max Aub

Uno de los más destacados montajes de Juan Carlos Pérez de la Fuente como director del Centro Dramático Nacional fue el de «San Juan», de Max Aub, una conmovedora obra publicada en 1943 (y, si no estoy errado, nunca llevada a escena hasta entonces). Una imponente escenografía del portugués José Manuel Castinheira enmarcaba la crónica de aquellos judíos desterrados a bordo de un buque de carga. Con este montaje en el que -eran otros tiempos- había más de una treintena de actores, Pérez de la Fuente mostraba su admiración por un autor profundamente comprometido, que tuvo que exiliarse tras la guerra civil y que encontró refugio en México, donde viviría hasta su muerte en 1972 (tres años antes, pudo hacer su primera visita a España). La puesta en escena del «San Juan» era una clara declaración de principios artísticos por parte de Pérez de la Fuente, ya que en aquel momento acababa de llegar al poder el Partido Popular, que era además quien le había nombrado.

Ahora, Juan Carlos Pérez de la Fuente, como director del Teatro Español, vuelve a demostrar su admiración por Max Aub y a proclamar la importancia de este renombrado pero desconocido autor, al poner su nombre a una de las salas de las Naves del Español, en Matadero, un lugar que está siendo, y aún lo ha de ser más, centro de agitacíón cultural y teatral en Madrid.

Y para inaugurar esta etapa de la renombrada sala, había que llevar a Max Aub a escena. Pérez de la Fuente fue tajante en la presentación de la obra: «Se programa a este autor -dijo- porque quiero yo, y porque es un autor a descubrir y conocer». El cómplice elegido para esta recuperación de Max Aub ha sido Jesús Cracio, un director que, como ha escrito mi querida Rosana Torres, comparte con el autor «una especial atracción e interés por los perdedores, y un apasionado y sacrificado amor por el magisterio en el terreno del teatro».
En un tiempo récord, Jesús Cracio ha buceado por la obra de Max Aub para elegir los textos que permitieran aflorar mejor la personalidad y las ideas del autor, y ha creado con ellos un espectáculo con sabor nostálgico y apariencia de cabaret literario. Un espectáculo que nos revela a un autor de melancolía sutil, de convencidas inseguridades, en constante búsqueda e interrogante, y profundamente preocupado por sus semejantes y por la dignidad del ser humano. Presume Cracio de ser hijo de modista y de saber coser, y su montaje -con un revelador y maxaubiano título: «Tengo tantas personalidades que cuando digo "Te quiero" no sé si es verdad»- está cosido con mimo, con puntadas atentas y delicadas y un profundo amor y reverencia a su autor.
Con él del brazo se ha ido Cracio de viaje; se les nota cómodos a los dos en esta pieza sensible, tierna, reveladora, por momentos divertida y por otros melancólica, gracias también al uso de la música, con un protagonismo acusado en el espectáculo. Una vía de tren -la vida de Max Aub fue un viaje constante- cruza la escena y sobre ella se desgranan los pensamientos profundos, paradójicos, incluso absurdos de Max Aub. La música tiene en Cuenta con la colaboración de seis actores -Marta Belenguer, Juan Calot, Marc Clotet, Miranda Gas, Julián Ortega y Carmen del Valle (con mención destacada para estos dos últimos)- y una pianista, Celia Laguna, cooperadores necesarios de esta resurrección de un autor no menos necesario como es Max Aub.
La foto es de Sergio Parra