Tengo una debilidad...

Por Bizcochodechocolate @quintano

Ya estoy extendiendo demasiado mis "vacaciones" en el blog. Y reconozco que tenía muchas ganas de estar de nuevo por aquí.

Hemos disfrutado una barbaridad las vacaciones, sobre todo nos han cundido mucho: Galicia, Cantabria, Cuenca y Castellón. Destinos y planes muy variados que han hecho que vengamos con las pilas muy cargadas para este curso que comienza. Un curso especial por varios motivos, la peque de la casa comienza en el "cole de mayores", la mayor hace su Primera Comunión.

Pero no podemos evitar tener en la retina momentos de estas vacaciones que nos dibujan una sonrisa en la cara. Y uno de esos momentos son los compartidos en torno a la mesa.

Hoy os traigo el menú de una de esas comidas. Os pongo en situación, comida familiar en Miño (La Coruña). Mi padre baja a Pontedeume, al mercado, a comprarle a Antonio, su pescadero de confianza. Le encanta. Disfruta bajando temprano, él solo y confía ciegamente en Antonio, sabe que no le va a defraudar. Sabemos que va a por marisco, pero no lo que va a traer.

Tras el ritual de la compra, está el de la preparación. Aquí ya nos deja acompañarle en la cocina, pero dejándole hacer a él. Lo prepara con mimo, atento a la ebullición del agua y a los tiempos. Los demás no podemos hacer nada, salvo darle conversación y tomarnos una Estrella Galicia o un albariño fresquito.

El menú de aquel día fueron nécoras, cigalas, camarones y percebes.


Comencemos por las nécoras, mis favoritas. La culpa la tiene un amigo de mis padres que me enseñó a comerlas bien cuando tenía 12 años. Dejo la nécora reducida a polvo, salvo el cuerpo que lo dejo limpio como una patena.
 
Los camarones. Se los dejo a mi madre. Reconozco que yo soy más del camarón del sur. Ese que compras en cucurucho de papel y te comes en la playa a puñaditos, sin pelar. De éstos me gusta el sabor, pero no me merece la pena el trabajo de pelarlos para sustancia que sacas. 

Las cigalas. Tambíen muero por ellas,.. ese cuerpo, las patitas,... Aquí normalmente hay tráfico de intercambio en la mesa, ¿me das esa cabeza y yo te doy las patitas? No es mi caso, yo me lo como todo.

Comimos percebes, lo prometo. Pero no dio tiempo a hacer fotos. En casa los comemos calentitos, recien salidos de la olla, así que es ponerlos en la mesa tapados con un trapo y comenzar a comerlos sin perder tiempo. 
Los pasos a seguir para cocer lo que nos comimos son los siguientes:
- Se pone a cocer en una olla abundante agua, añadiendo la cantidad de sal por cada litro que se indica en la tabla que os dejo a continuación, y unas hojas de laurel.
- Cuando entra en ebullición se introduce el marisco en el agua. Se espera a que el agua ebulla de nuevo para empezar a contar el tiempo de cocción (ver tiempos en la tabla).
- Si vamos a preparar nécoras, buey o centollo que están vivos, los metemos desde el principio en la cacerola (es decir, con el agua fría), y el tiempo se cuenta desde que el agua rompe a hervir.

Aquí os dejo la tabla con la cantidad de sal y los minutos de cocción según el tipo de marisco



Y ahora a disfrutar de la mariscada con un albariño fresquito. ¡Qué aproveche!