Yo siempre he considerado que todo niño es un adulto en potencia. De ahí que esta intrépida pareja destaque por su capacidad de estrategia, espíritu de cooperación y valentía en estado puro. Virtudes que su entorno deberá reconducir a fin de evitar disgustos mayores. Ahora bien, ojalá nuestros protagonistas jamás olviden la magia de la que, esperemos, fue la primera de una larga lista de aventuras.
© Elisabet Gimeno Aragón 2016