Teoría de grupos II: el campamento de Sherif y la seducción

Por Kikeforo

Muzafer Sherif no era un mal tío, fue uno de esos miles de inmigrantes Turcos que fueron a EE.UU. a buscarse la vida como mejor supieron, trabajando de psicólogo, pero se le ocurrió un experimento muy curioso que voy a relatar.

Un año, como quien no quiere la cosa, montó unos campamentos infantiles (de esos a los que nos mandan nuestros padres de pequeños, a lo perdidos en la montaña, para volvernos más duros que los Expendables, mientras hacen piragua, tiran con arco, montan carreras…), para empezar a hacer experimentos con los grupos (obviamente eran todos chicos blancos (ya se sabe, ahí “había” racismo), sin problemas económicos ni de comportamiento y de buenas notas).

FASES DEL EXPERIMENTO DE SHERIF

El experimento tenía tres fases: la primera, se dejaba a los chicos un par de días de libre albedrío por el campamento, haciendo las actividades y compitiendo entre ellos, se formaron lazos de amistad espontáneos…

La segunda fase es la de grupos: se dividió a los chicos en dos grupos y se les hizo competir por grupos, y se suprimió el contacto entre los grupos salvo mientras competían y se empezó a comprobar que ambos grupos empezaban a sentir rivalidad con el otro y ambos grupos definían al contrario como unos apestosos, gente poco de fiar…

La tercera es, quizás, la más impresionante de las conclusiones de este experimento: los dos grupos no son irreconciliables. Si a los dos grupos los ponemos a trabajar juntos y a sufrir juntos por un objetivo común, los grupos se fusionarán y pasarán a ser uno solo salvo por algunos individuos, que tras el suficiente tiempo se cree que acabarán integrándose también. A este proceso se puede llegar de dos formas: la forma positiva y la negativa.

La forma negativa es haciendo creer a los grupos que hay una amenaza que requiere que ambos luchen por su supervivencia (en el caso de los niños, se les dijo que competían con el campamento anterior a ver si tenían mejores resultados), lo cual hace que se esfuercen en colaborar pero cada uno por sus propios fines, y será un equilibrio mucho más inestable. La positiva, darles una recompensa por colaborar más (clásica psicología conductual de toda la vida) y curiosamente, al ir asociado a una recompensa, hace que estés de mejor humor cuando acabes y las alianzas sean más sólidas…

APLICACIÓN A LA SEDUCCIÓN DE LA TEORIA DE GRUPOS

Es por ello por lo que funcionan muchas cosas de las que utilizamos, entre otros, el juego de roles como el de los espías, el que sus amigas nos ayuden o nos hundan… pero hoy aprenderemos una de las pequeñas estrategias de Malkav para utilizar esto: los juegos.

Parecerá broma, pero los juegos de colaboración en los cuales se gana si todos colaboran son la mejor forma de integrar a los grupos, o al menos, conseguir mezclar los dos grupos y sacar otros dos nuevos grupos mixtos.

A qué podemos jugar: pues es muy importante que no sea un juego demasiado competitivo, que haya muchas risas…
Uno de los juegos clásicos para estas es si hay un party & co en el bar, jugar al duro, al hielo con palillos… o al sí señor oscuro (señores, este último juego es peligroso si se trata de personas de mucha inventiva. Si no se tienen juegos cerca, una simple conversación animada con muchas risas basta para que dos grupos se integren, tenemos herramientas de sobra y hasta algún fitolito marciano que otro por aquí.

Espero que  ahora, cuando salgáis de marcha, penséis: “Malkav ha dicho que el mecanismo de los grupos es tan sencillo como en su artículo, así que vamos a pasárnoslo genial”.

Un saludo a todos y, sobre todo, disfrutad.

Malkav