Teoría general del olvido (2012) ha confirmado a José Eduardo Agualusa (Huambo, Angola, 1960) como uno de los escritores más interesantes del panorama internacional. No es un novato: desde su debut, en 1989, ha publicado una veintena de libros. Este ha recibido el Premio IMPAC de Dublín 2017 –el primer autor en lengua portuguesa que lo logra– y el Premi Llibreter 2018; además, fue finalista del Booker International 2016. Cuando son tantos, y tan diversos, los lectores que reconocen el mérito de una obra, cabe suponer que sus razones están fundamentadas. Y lo están, sí.
José Eduardo Agualusa
Por encima de todo, Teoría general del olvidoes una novela hermosa. No es fácil explicar cómo lo hace, cómo logra este refinamiento a pesar de la sordidez de los acontecimientos. Tal vez se deba a su estilo de frases sencillas, sin estridencias, que calan como una melodía suave. Tal vez la fórmula resida en las elisiones, la sutileza, el tempo pausado, todo aquello que no se cuenta. O en la evocación de imágenes sugerentes, entre la realidad y la ensoñación, como esa Ludo encerrada, hablando consigo misma, escribiendo versos en las paredes, cazando palomas. De lo que no se puede dudar es de la sensibilidad extraordinaria del autor para dar forma a una historia de hondo calado que crece página tras página, una historia cruda en la que, pese a todo, la compasión, el afecto y la unión son posibles.