Terapia de conversión. ILGA World publica una extensa investigación

Por Arturolodetti @latitudgay

ILGA World publica una extensa investigación global sobre las leyes que prohíben esta práctica desacreditada

Ginebra, 26 de febrero de 2020 – Un informe pionero publicado hoy por ILGA World ha puesto de manifiesto cómo, gracias a la incansable incidencia de activistas, supervivientes y organizaciones en el terreno, los Estados y les profesionales de la salud de todo el mundo se están pronunciando en contra de las llamadas “terapias de conversión”. Sus esfuerzos conjuntos son cruciales para proteger a las personas de un sinfín de prácticas pseudocientíficas que siguen teniendo un efecto destructivo en la vida de muches desde una edad muy temprana.

Fotograma de la pelicula “Boy Erased”, basada en un hecho real sobre terapias de conversión.

Poniéndole límites al engaño – Un estudio jurídico mundial sobre la regulación legal de las mal llamadas “terapias de conversión” es una extensa investigación mundial sobre las leyes que prohíben estas prácticas desacreditadas tanto a nivel nacional como subnacional.

En el informe también se explora el vasto campo de las técnicas que se han utilizado en el pasado – y que se siguen utilizando en la actualidad – para tratar de modificar la orientación sexual de las personas lesbianas, gays y bisexuales, para evitar que les jóvenes trans realicen su transición o para hacer que las personas trans detengan o reviertan su transición, o para obligar a que nuestras expresiones y funciones de género se ajusten a los estereotipos sociales binarios de masculinidad y feminidad.

“En febrero de 2020, tres Estados miembros de las Naciones Unidas (Brasil, Ecuador y Malta) promulgaron leyes a nivel nacional para restringir las denominadas ‘terapias de conversión'”, explica Lucas Ramón Mendos, Oficial Superior de Investigación de ILGA World y autor del informe. “Las jurisdicciones subnacionales de otros tres Estados miembros de las Naciones Unidas (Canadá, España y Estados Unidos) han hecho lo mismo, con la esperanza de allanar el camino para que otros se muevan en la misma dirección. Durante demasiado tiempo, la experimentación y el abuso han tenido lugar bajo el manto legitimador de la medicina, la psicología y la ciencia”.

A lo largo del siglo XX, les profesionales de la salud mental recurrieron a la experimentación médica, la lobotomía, la castración, el reacondicionamiento masturbatorio, la terapia de aversión química y de electrochoque, la hipnosis y otras técnicas brutales e inhumanas en sus intentos de modificar la orientación sexual, la identidad de género y la expresión de género.

A menudo, les niñes y adolescentes han sido las principales víctimas de estas prácticas: en muchos casos, la incomodidad por la falta de conformidad con el género de le niñe ha sido la causa de gran parte de las motivaciones de les xadres y cuidadores para someter a sus hijes a “terapias de conversión”, ya que el hecho de no comportarse con los modelos socialmente dominantes de expresión de género, identidad de género u orientación sexual se presenta como un problema que hay que “prevenir” y “corregir”.

La protección contra tratamientos ineficaces y crueles similares es, lamentablemente, tan urgente como siempre: como se detalla en el informe, en numerosos países se siguen aplicando prácticas espantosas – incluidas “terapias” de electrochoque, internamientos forzados en “clínicas” y exorcismos – que empujan a personas de diversas orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género a vivir vidas miserables y de autodesprecio, hasta las extremas consecuencias de cometer suicidio.

“Nuestra investigación muestra que, hoy en día, las principales fuerzas impulsoras de estas prácticas nocivas son les líderes religioses y los prejuicios. Muches han terminado buscando una ‘terapia de conversión’ para elles mismes, ya que percibían su orientación sexual e identidad de género en conflicto con su religión”, continúa Mendos. “Es vital que prestemos especial atención y escuchemos a les miembres de nuestras comunidades con experiencias vividas de fe”.

2020 podría ser un año importante en la lucha contra las “terapias de conversión”. “Se han introducido proyectos de ley para restringir estas prácticas mal informadas en los cuerpos legislativos nacionales de al menos 10 países”, explica Julia Ehrt, Directora de Programas de ILGA World. “Seis casos judiciales en todo el mundo fueron litigados con resultados positivos. Les funcionaries de los Estados y los organismos gubernamentales se están pronunciando, junto con los órganos de derechos humanos. Y, hasta la fecha, más de 60 asociaciones de profesionales de la salud en 20 países han repudiado los esfuerzos por ‘cambiar’ la identidad de género, la expresión de género o la orientación sexual de una persona.

La reforma jurídica es sólo una de las muchas vías que pueden explorarse para abordar las ‘terapias de conversión’: nuestro informe incluye una amplia gama de herramientas que les defensores de los derechos humanos pueden utilizar en sus esfuerzos de incidencia”.

A medida que más y más sobrevivientes encuentran el valor y la fuerza para salir adelante, nuestras comunidades están más decididas que nunca a poner fin a la “terapia de conversión”.

Nuestras vidas están en juego“, recuerdan Luz Elena Aranda y Tuisina Ymania Brown, CoSecretarias Generales de ILGA World. “Durante siglos, se nos ha dicho que necesitamos ser remendades, ser cambiades, moldeades para que encajemos en un binario. Desde una edad muy temprana, muches de nosotres llegamos a interiorizar que algo necesita ser silenciado. Los intentos de convertirnos en personas que no somos se nos siguen imponiendo en nombre de la religión, la cultura, la ciencia e incluso por buenas intenciones mal informadas. Demasiadas vidas han sido arruinadas, o terminadas, y muchas más lo serán si no actuamos ahora. Esperamos que nuestra investigación pueda concienciar y contribuir a detener algo que ha dañado tan profundamente a nuestras comunidades“.

Cifras clave (a febrero de 2020):

  • 3 Estados miembros de las Naciones Unidas (Brasil, Ecuador y Malta) han promulgado leyes a nivel nacional para restringir las llamadas “terapias de conversión”
  • En otros 3 Estados miembros de las Naciones Unidas, algunas jurisdicciones subnacionales han promulgado prohibiciones o restricciones a estas prácticas: Canadá (3 provincias y varias ciudades), España (5 regiones) y los Estados Unidos de América (19 estados, Washington DC, Puerto Rico y numerosas ciudades y condados)
  • En 5 Estados miembros de las Naciones Unidas (Argentina, Uruguay, Fiyi, Nauru y Samoa), las leyes de salud mental prohíben diagnosticar a les pacientes exclusivamente con base en la orientación sexual y/o la identidad de género: estas leyes actúan como prohibiciones indirectas
  • 10 países han introducido proyectos de ley en sus órganos legislativos nacionales para restringir estas prácticas. En varios otros países, entre ellos Australia, Canadá, los Estados Unidos y México, algunas jurisdicciones subnacionales siguen examinando esos proyectos de ley
  • Se han litigado al menos 6 casos judiciales en 3 países diferentes con resultados positivos
  • La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Asociación Médica Mundial y la Asociación Mundial de Psiquiatría – así como más de 60 asociaciones de profesionales de la salud repartidas en más de 20 países – han repudiado los esfuerzos por cambiar la identidad de género, la expresión de género o la orientación sexual de una persona.

Descargue el informe de ILGA World
Poniéndole límites al engaño – Un estudio jurídico mundial
sobre la regulación legal de las mal llamadas “terapias de conversión”

en español – en inglés

Nota: les sobrevivientes de estas practicas pueden encontrar partes de este informe perturbadoras