Así que me sentí en la necesidad de aclarar algo más… aquí vamos.
En 1956 Albert Ellis inicia una nueva corriente terapéutica, que inicialmente llamó “Rational Therapy” pero que es recién hasta 1994 cuando se la comienza a conocer con su nombre actual, esto es: Rational Emotive Behavior Therapy (siglas REBT) que traducimos por Terapia Racional Emotiva Conductual (siglas TREC).
Ellis consideraba que el núcleo de su teoría podría representarse perfectamente por la conocida frase del filósofo griego Epicteto de la escuela estoica:
"Las personas no se alteran por los hechos, sino por lo que piensan acerca de los hechos”
Es común representar a la teoría por las siglas “ABC” según la siguiente explicación:
- A, por Activating Event, Evento Activador, representando el acontecimiento activador, suceso o situación. Este puede ser externo o interno (pensamiento, fantasía, emoción, etc.)
- B, por Belief System, Sistema de creencias. Incluye todo el sistema cognitivo, recuerdos, supuestos, inferencias, actitudes, normas, valores, filosofía de vida, etc.
- C. por Consequence, Que representa la consecuencia o reacción ante “A”, siendo esta del tipo emotivo, cognitivo o conductual.
Actualmente, en este modelo, las relaciones se consideran mucho más complejas que en la aproximación original.
Por ejemplo, la corriente actual explica que las relaciones no son ni exclusivas ni lineales, reconociéndose múltiples interacciones e influencias de cada uno de los factores, tornándose en una visión más constructivista del conocimiento y otros temas.
Obviamente, A (el acontecimiento) se considera como lo percibido por la persona y, evidentemente, construido e interpretado condicionalmente por esquemas mentales propios, esto es, elementos que pertenecen al sistema cognitivo, o sea, el paso “B”. Pero lo que aclará el modelo actual es que no siempre ocurre de esta forma tan lineal y que normalmente aparecen retroalimentaciones entre los factores A-B-C.
Con respecto a las consecuencias “C”, también identificada con las reacciones, conductas y emociones, la terapia de Ellis distingue entre las “funcionales” y “disfuncionales” o “auto saboteadoras”.
Las conductas disfuncionales son caracterizadas por
- Causar sufrimiento innecesario o desproporcionado con lo que respecta al evento.
- Conlleva un comportamiento contrario a los propios intereses u objetivos.
- Asociación a demandas absolutistas y otras distorsiones cognitivas.
- Dificultar o impedir la conducta necesaria para lograr los objetivos propios.
El concepto de las cogniciones y creencias (factor "B") está ejemplificado por el propio Ellis como
- Observaciones no evaluativas que se limitan a lo observado.
- "El hombre está caminando"
- Inferencias no evaluativas que incorporan hipótesis o supuestos que pueden ser acertados o erróneos.
- "El hombre que está caminando intenta llegar a la oficina, está apurado, etc."
- Evaluaciones preferenciales: Emitiendo una opinión.
- "Me gusta dormir siesta"
- "Deseo aprobar el examen"
- Evaluaciones demandantes: Ellis las llamaba “deboperturbadoras”
- “Necesito absolutamente ser valorado por mi tio”
- “Debo absolutamente rendir un examen perfecto”
Las creencias demandantes o creencias irracionales se caracterizan por su rigidez e intolerancia a las frustración. Como ya cité en el artículo anterior, por ejemplo
- Demandas sobre uno mismo ("yo debo..." o "yo necesito...").
- “yo debo hacer las cosas mejor”
- “yo necesito que me acepten en el grupo”
- Demandas sobre los otros ("él debe..." o "tú debes...").
- “él debe tratarme amablemente”
- “tú tienes que ser justo conmigo”
- Demandas sobre el mundo ("el mundo debe..." o "la vida debe...").
- “la vida es injusta”
Cabe aclarar para evitar confuciones que los términos “racional” e “irracional” hacen referencia a si la conducta asociada le permite o le impide alcanzar sus metas y propósitos. Esta definición aleja a los términos citados del concepto básico que conocemos del “racionalismo”.
Ellis señalaba que estas creencias demandantes eran irracionales porque:
- Nadie tiene éxito en todo ni fracasa en todo y es imposible asignar un valor "general" a una persona como tal. ("Ni sobrehumanos ni subhumanos, simplemente: humanos").
- Lo apropiado es calificar a las acciones y no a las personas.
- La opinión de otros no puede modificar lo que realmente somos
A raíz de estos pensamientos es que propone el concepto de “autoaceptación”, determinado por el hecho de querernos y valorarnos solo por existir, sin calificarnos en ninguna escala de valores.
En resumen y rara no olvidar estos conceptos básicos quedémonos con:
- El reconocimiento y aceptación de las personas como humanos falibles (ni "sobrehumanos" ni "subhumanos").
- La ubicación del hombre en el centro de su universo, es decir como el principal responsable de alterarse o no (sin ignorar las limitaciones y condicionamientos biológicos, ambientales y circunstanciales).