Tercera edición porteña.
El próximo jueves 2 de junio comienza en la Ciudad de Buenos Aires la tercera Semana del Cine Italiano (contemporáneo). La iniciativa del Instituto Luce Cinecittà se extenderá hasta el miércoles 8 en el Cinemark Palermo, y consistirá en la proyección de doce largometrajes. A continuación, Espectadores reseña dos.
Sangue del mio sangue de Marco Bellocchio
Mientras esperan el estreno comercial del film más reciente de Bellocchio (lo presentó semanas atrás en la 48ª Quincena de los Realizadores de Cannes), los admiradores porteños de este prolífico cineasta podrán ver su película anterior, si no lo vieron ya en la 18ª edición del BAFICI. Sangre de mi sangre se titula esta ficción que ganó el premio FIPRESCI en la Mostra de Venecia del año pasado, y que transcurre primero en el siglo XVII y luego en nuestro presente.
La película de Bellocchio se proyectó en el 18º BAFICI.
Bellocchio sella la articulación entre épocas con la impresionante versión que el coro belga Scala & Kolacny Brothers hizo de ‘Nothing else matters’ de Metallica. “Tan cerca, sin importar cuán lejos” reza la canción que la banda de thrash metal incluyó en su Álbum Negro de 1991. El verso sintetiza la postura del realizador sobre la relativa distancia temporal y cierto juego con la noción de vampirismo.
El realizador de 76 años ambienta los dos episodios de su relato en un convento de Bobbio, al norte de Italia. El primero transcurre durante la Inquisición y gira en torno a una bella mujer encerrada por presunto pacto con el Diablo. El segundo aborda otro tipo de encierro y hostigamiento: esta vez la víctima es un conde noctámbulo de edad incalculable que vive discretamente en el claustro, hasta que empieza a acosarlo el abogado de un millonario ruso empecinado en comprar el predio.
Como antes la Iglesia, ahora el poder económico dicta la norma y despoja a quien no se le somete. Acaso ésta sea una lectura política posible para Sangre de mi sangre.
Sin dudas, el autor de Vincere satisfará las expectativas de sus seguidores porteños.
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Sangre de mi sangre de Marco Bellochio se proyectará el sábado 4 de junio a las 18.30, y el lunes 6 a las 20.00.
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El film de Andò se estrenó el 21 de abril en Italia.
Le confessioni de Roberto Andò
La suerte que Grecia e Italia corren hace algún tiempo dentro de la Unión Europea habrá inspirado esta película que se estrenó hace poco más de un mes en su país de origen, y que cuenta con un elenco internacional encabezado por Toni Servillo (el actor protagónico de La grande bellezza), Daniel Auteuil, Lambert Wilson, Pierfrancesco Favino, Moritz Bleibtreu. Las confesiones mencionadas en el título adelantan la naturaleza eminentemente verbal de esta fábula por momentos predecible pero capaz de mantener en vilo al espectador, al menos a aquél preocupado por el avance del capitalismo salvaje en nuestra sociedad globalizada.
El director del Fondo Monetario Internacional convoca a los representantes de los países miembros del G8, a una escritora de best sellers para niños, a un músico de rock y a un monje franciscano a compartir unas jornadas en un hotel de lujo alemán. Organizado a espaldas de la prensa, el encuentro busca achicar distancias entre -en palabras de nuestro Raúl Zaffaroni- los “agentes ejecutivos del poder” y los ciudadanos rasos, a través de ciertos referentes culturales.
Andò encuentra en la naturaleza cerrada y extraoficial de la reunión las condiciones óptimas para desarrollar junto con su co-guionista Angelo Pasquini un guión basado casi exclusivamente en duelos verbales sobre economía, política, ética, relaciones humanas, religión. A contramano de lo que algún lector pueda temer, resultan interesantes los diálogos, en especial aquéllos que el titular del FMI (¿quién mejor que Auteuil para encarnar el cinismo de los dirigentes de esta envergadura?) y el representante de Italia en el Grupo de los Ocho (Favino) mantienen con el -más bien lacónico- monje a cargo de Servillo.
Un acontecimiento inesperado empuja el largometraje al borde del género policial. La aparición de varios misterios por resolver reduce la centralidad acordada a la retórica sobre economía política.