Hacía ya tiempo que le había echado el ojo a esta preciosidad pero no encontraba el día perfecto, así que aprovechando esta oportunidad y sabiendo que era para una persona tan querida, me he atrevido con ella.La he sacado de un blog muy bueno que no conocía antes, sino que buscando por la red me la topé y me gustó. Este se llama "Para un apuro". Como os dije anteriormente es un espacio donde encontrar recetas estupendas, tanto dulces como saladas. Os recomiendo que lo visitéis.
Ingredientes:
Para el Bizcocho:
- 250 gr de Harina
- 30 gr de Cacao en Polvo
- 300 gr de Azúcar
- 115 gr de Mantequilla a punto de pomada
- Zumo de Limón
- 1 Cucharadita de Café de Bicarbonato Sódico
- 250 ml de Leche
- 2 Huevos
- 1 Cucharadita de Esencia de Vainilla
- Colorante Rojo Alimentario
Para el Frosting:
- 360 ml de Nata para Montar
- 250 gr de Queso crema
- 250 gr de Queso Mascarpone
- 115 gr de Azúcar Glas
- 1 Cucharadita de Extracto de Vainilla
Elaboración de la Receta:Lo primero que tenemos que hacer es el buttermilk, que nos servirá para el bizcocho. A la leche le añadimos una cucharadita de zumo de limón y dejamos reposar la mezcla por unos 15 minutos.
Para el Bizcocho: en un recipiente amplio o en un robot de cocina, batimos la mantequilla hasta que esté cremosa, a continuación le añadimos la mantequilla y seguimos removiendo hasta que quede totalmente amasado. Luego añadimos los huevos uno por uno, hasta que no esté el primero totalmente integrado no añadiremos el siguiente.
Añadimos la esencia de vainilla, el buttermilk y por último el colorante. Removemos para que todo esté bien ligado. A continuación añadiremos la harina tamizada junto con el cacao, pero la incorporaremos en tres veces. Es decir primero echamos una parte y hasta que no esté totalmente integrada no añadiremos la siguiente y así sucesivamente. Mientras se está revolviendo la masa, mezclaremos una cucharadita de zumo de limón, con otra de bicarbonato sódico y cuando comience la efervescencia la añadiremos rápido a la mezcla y seguimos batiendo.
Ponemos la mezcla en un molde y horneamos a 175º durante aproximadamente una hora. El mío tardó 50 minutos, comprobaremos con la aguja par ver que salga limpia. Tenemos que tener cuidado que no se nos queme, yo también a mitad de horneado le tuve que poner un papel de plata en la superficie.
Pasado el tiempo lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar sobre una rejilla. Luego lo metemos en la nevera hasta que estén completamente fríos (al menos medio día). Este se hace así porque es más fácil a la hora de cortarlos y luego a la hora de decorarlos.
Para el frosting de queso: batimos los quesos con el azúcar glas y reservamos en la nevera. A continuación montamos la nata y la mezclamos con los quesos en movimientos suaves y envolventes. Reservamos en la nevera hasta su utilización.
Montaje: separamos el bizcocho en dos discos. A uno de ellos le añadimos una generosa cantidad de frosting y luego lo cubrimos con el otro. Decoramos con la mezcla que nos sobró y unas fresas.
Espero que os guste y a disfrutar.