Terfel y Pwditat, ¿como el perro y el gato?

Por Vippet

Seguro que todos conocéis esta típica expresión española que se utiliza para definir la relación entre dos personas que no hacen más que discutir. ¡Se llevan “como el perro y el gato”! Lo habréis oído decir infinidad de veces. Pero lo que probablemente no sepáis es el motivo por el que perros y gatos tienen, generalmente, una convivencia tan complicada.

Pues una de los principales causas de esta tormentosa relación tiene su origen en el lenguaje corporal. Cada tipo de animal tiene su propio lenguaje y una mala interpretación del mismo no hace sino generar problemas y tensiones entre ellos.

El ejemplo más claro lo tenemos cuando mueven la cola. Cuando un perro hace esto lo que trata es de transmitir un estado de alegría o euforia. El gato, sin embargo, cuando no para de mover esta extremidad lo que está tratando de hacer ver es que está nervioso, alterado, cabreado o todo a la vez.

¿Pero es esto siempre así? Claro que no. Con este post no pretendo hacer hincapié en la mala relación que puedan tener a veces gatos y perros, sino justamente lo contrario. Lo que me ha motivado a escribir estas líneas es una de esas historias que hacen que se te salte una lagrimilla… Los protagonistas de la historia a la que me estoy refiriendo son Pwditat y Terfel.

El primero es un gato adoptado y el segundo un perro que con ocho se quedó ciego como consecuencia de unas cataratas. La verdad, todo hay que decirlo, es que el dueño de estas dos entrañables mascotas no las tenía todas consigo cuando apareció en casa con Pwditat.

Sin embargo, la sorpresa fue mayúscula y muy aleccionadora. Tan pronto Pwditat vió a Terfel, se percató de su ceguera y se convirtió inmediatamente en su gato guía. Desde entonces no hay quien los separe.

Terfel le estará siempre agradecido porque desde que se conocieron no paran de ir juntos de un sitio a otro. Llama también la atención cómo desde un primer momento el gato se dio cuenta de la falta de visión del perro y ese espíritu solidario por mejorar su calidad de vida. Es en este tipo de situaciones en las que la expresión que da título a este post pierde absolutamente todo su sentido….