En el Reino Unido andan revolucionados estos días después de la publicación de un polémico artículo en la sección de comentarios de la publicación científica British Medical Journal (BMJ). El texto se titula "Six months of exclusive breast feeding: how good is the evidence?", lo que se puede traducir por " Seis meses de lactancia materna exclusiva: ¿Se sostiene la evidencia? "
Los autores del estudio argumentan que la recomendación de la OMS de ofrecer seis meses de lactancia materna exclusiva están basadas en estudios "antiguos" y que, desde entonces, se han publicado nuevas investigaciones que pueden arrojar más luz sobre el debate de cuánto tiempo se debe mantener la lactancia materna exclusiva.
Investigación o comentario
El propósito de los autores no deja de ser algo pretencioso. En primer lugar, porque el "estudio" está publicado bajo el apartado de "comentarios" de la revista, aunque en la web lo publican bajo la denominación "análisis". Se trata de una "revisión narrativa" (he traducido esta denominación del inglés narrative review, pero, admitiendo mi ignorancia, admito propuestas sobre un término más adecuado), es decir, que no es una revisión sistemática de toda la literatura científica que se ha publicado al respecto.
Los autores no justifican ni cómo han elegido los estudios ni el criterio elegido para elegir unos o dejar otros fuera... Así que, básicamente, ha elegido "arbitrariamente" los estudios que les ha parecido más adecuados, no sabemos si para confirmar sus premisas, para crear polémica o con un verdadero interés por analizar el conocimiento acumulado al respecto.
La polémica está servida, y más cuando los medios ingleses han recogido este artículo como si fuera un "estudio" o "investigación" con conclusiones firmes y demostradas, lo que, por supuesto, no es. Y han tenido la osadía (ya se sabe de la tradición amarillista del periodismo británico) de escribir titulares de la talla de:
Desde luego no se trata de un estudio, ya que para el común de los mortales esta palabra implica que se ha cogido un grupo de niños amamantados hasta los 6 meses en exclusiva y otro hasta los 4 meses y se ha descubierto que los bebés del primer grupo tenían anemia, estaban peor desarrollados y la leche materna los hubiera echado a perder.
Llama la atención también que el estudio hable de los bebés "amamantados", cuando las recomendaciones de 6 meses de lactancia exclusiva son tanto para niños alimentados con leche materna como para los que toman leche artificial. De hecho, si la introducción temprana de sólidos es tan beneficiosa para los niños amamantados en términos de alergias, los bebés que toman biberón también se beneficiarían de la introducción temprana de alimentos.
Por otro lado, como periodista, siento algo de impotencia respecto a este tipo de prácticas. Si el mismo día la OMS, UNICEF y otros organismos relacionados con el ámbito sanitario de ese país reaccionaron publicando notas de prensa y posicionamientos al respecto, para cualquier periodista hubiera sido relativamente fácil contrastar la información, buscar otros puntos de vista, acudir a científicos imparciales, para obtener datos adicionales o una interpretación de lo que estaban leyendo.
Ética médica y periodística
Parece ser que los medios de comunicación respondieron a la nota de prensa emitida por el departamento de comunicación de la revista médica (BMJ), lo cual pone en entredicho también la ética profesional de estos "periodistas" que deciden emitir un comunicado por su previsible repercusión mediática, sin entrar a valorar que no se trata de una gran novedad o una nueva "evidencia" científica sino del comentario de unos autores respecto a la política a la luz de unos estudios elegidos arbitrariamente y sin justificar.
Parece que tampoco nadie de los medios de masas se ha molestado en confirmar que en el apartado de "incompatibilidades" en el que figura que tres de los cuatro autores del texto "han realizado trabajo de consultoría y/o recibido fondos para sus investigaciones de empresas que producen leche de fórmula o alimentos infantiles durante los últimos tres años"...
Hecho que puede ser el origen de que, en todo momento, cuestionen exclusivamente la lactancia "materna", pero no la de "fórmula". Por otro lado, los mayores beneficiados, económicamente hablando, de un cambio en las recomendaciones de la OMS para la introducción de la alimentación complementaria serían los fabricantes de alimentos infantiles... Sobre todo esos que todavía no se bajan de la burra y siguen poniendo en sus papillas, potitos y demás "a partir de 4 meses".
Son muchas ya las voces que claman por una rectificación por parte de los autores y del departamento de prensa de BMJ. En el apartado de respuestas del artículo ya se pueden leer algunas interesantes reacciones.
Reproduzco, a continuación, un párrafo del comentario remitido por Adriano Cattaneo, epidemiólogo del Instituto para la salud infantil y materna de Trieste (Italia):
"La recomendación de la OMS no se emitió para que fuera aplicada a todos y cada uno d elos niños. Es una recomendación de salud pública destinada a orientar las políticas nacionales y profesionales y las normativas (como el etiquetado de alimentos infantiles). De hecho, los bebés no despiertan el día que cumplen los seis meses pidiendo alimentos sólidos. ¿Por qué no nos concentramos en factores de desarrollo físico y neuromuscular para aconsejar a las madres cuándo comenzar con los sólidos, en lugar de vagar en busca de dudosas evidencias?"
Al final, los padre que busquen y contrasten la información encontrarán diferentes vías para obtener una visión crítica y más realista sobre cuánto debe durar la lactancia materna exclusiva. Los propios autores afirman que, en el Reino Unido, apenas son el 1% los bebés que alcanzan la lactancia materna exclusiva durante 6 meses y lo último que necesitan los padres que se esfuerzan por proporcionar el mejor alimento a sus hijos es leer en la prensa generalista mensajes alarmistas y contradictorios que echen por tierra todo el empeño puesto en lograr una lactancia materna exitosa.
El daño producido entre las embarazadas, mujeres que están planificando su embarazo, padres que no entienden el empeño de sus esposas en su lactancia cuando hay soluciones "fáciles" al alcance de todos es incalculable.
Respuesta del blog del responsable de investigación de la Agencia de Homologación Alimentaria (UK) ( http://blogs.food.gov.uk/science/entry/what_s_behind_the_development)
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