Merece un capítulo aparte la incongruente y traidora y tiránica gestión del PSOE, partido al que Pedro Sánchez ha empujado hacia el vicio y la traición ideológica, imponiéndole un tiranía en el funcionamiento interno semejante a la que ejerció Stalin en el comunismo soviético, traiciones y deslealtades que han provocado la ruptura de carnets por parte de muchos militantes honrados que no quisieron pertenecer a un partido podrido y antiespañol.
Algunas traiciones sanchistas en este año han sido casi insuperables, entre ellas la opacidad y la mentira, elevadas hasta el rango de políticas de Estado. La oscuridad y la mentira impuestas por Sánchez han hecho posible, entre otros dramas, las concesiones de masas de dinero y privilegios a las autonomías desleales de Vascongadas y Cataluña, en detrimento de las que permanecen leales a España, una injusticia que clama al cielo y que en cualquier país verdaderamente democrático y decente le hubiera costado al presidente la expulsión del poder, la inhabilitación para ejercer cargos públicos y quizás también la cárcel.
Basta un ejemplo para comprender toda la suciedad del sanchismo en este año: Una madre denuncia a los centros de menores de Armengol: «Obligaron a mi hijo a hacer una felación». Un informe pericial revela violaciones entre los menores tutelados por Armengol en Baleares. Armengol es hoy presidenta del Congreso, designada por Sánchez en otro alarde corrupto de 2023.
La colocación de sus amigos al frente de las principales empresas públicas e instituciones del país, una política que margina a los mejores en favor de mediocres sin otro mérito que ser amigos del cacique, el asalto a la Justicia, la toma del control del Tribunal Constitucional y de la Fiscalía General del Estado y la infiltración, ocupación y control de otras muchas instituciones y asociaciones, incluyendo las Fuerzas Armadas, la Universidad y la sociedad civil, forman también parte del pavoroso elenco de traiciones a la democracia y a España perpetradas por el sanchismo en el año que agoniza.
Aunque son traiciones de años anteriores, sus coletazos han conmovido este año que termina. La reforma del Código penal por la puerta trasera y en concreto la supresión del delito de sedición, que es, de hecho, una invitación a los golpistas para que cumplan sus agresiones a España con impunidad, representa una de las mayores traiciones y deslealtades del socialismo español que controla Pedro Sánchez con mano de hierro.
Sus suciedades, deslealtades y traiciones no son neutras, ni simples medidas políticas porque tienen efectos letales sobre España y sus ciudadanos, a los que Sánchez empobrece, envilece y humilla con sus injustas medidas, sus mentiras, sus ataques a la Justicia, sus codicia fiscal y su apoyo real a la corrupción.
2023 agoniza y pasará a la Historia como un año nefasto y vergonzante para España, por culpa del peor gobernante que ha tenido nuestra nación desde los tiempos de Fernando VII, aquel rey felón al que, según algunos historiadores, Sánchez ya ha sobrepasado en vilezas y agresiones a España y traiciones al pueblo, al derecho y a la libertad.
Francisco Rubiales
(Lamento que se queden muchas traiciones y deslealtades en el tintero y pido perdón por ello a mis lectores, pero, como hemos dicho, la enumeración de todas las suciedades de Sánchez requiere el espacio de una enciclopedia como la vieja Espasa)