Terra Nova Vol. 1 es una antología de ocho relatos de fantasía y ciencia ficción editada por Mariano Villareal y Luis Pestarini. Tres de los relatos fueron traducidos de la lengua inglesa y los restantes fueron escritos por autores de habla hispana.
El relato que abre la antología, El zoo de papel de Ken Liu, fue el ganador de los premios Hugo, Nebula y del Premio Mundial de Fantasía del 2012 como mejor relato corto, es la conmovedora historia de un joven de ascendencia china y los problemas de comunicación que tiene con su madre. Lo encontré algo manipulador pero bastante efectivo.
En Deirdre, de Lola Robles, explora las circunstancias de una joven que decide comprarse una compañera androide (¿o será Ginoide?). Estas creaciones robóticas están programadas para amar a su comprador, pero cuando desarrollan su personalidad las cosas se complican. Me gustó mucho esté relato.
El tercer cuento, Relatos de un país zombi de Erik J. Mota, es un refrescante relato que entrelaza la idiosincrasia cubana con el elemento fantástico de los muertos vivientes, la trama gira en torno a que se desató un virus que convertía a las personas en muertos vivientes, pero investigadores en la Habana encontraron el método de convertir a los zombies en seres dóciles y serviciales. Tan útiles que los empiezan a utilizar como esclavos en la zafra.
Enciende una vela solitaria de Victor Conde es el relato que menos me agradó de la antología, es una mezcla bizarra de cyberpunk con critica a las redes sociales lleno de lugares comunes y frases acartonadas, todo narrado en un estilo stream-of-conscience bastante molesto.
El quinto relato, Cuerpos de Juanfran Jiménez, narra las peripecias de un individuo que desea escapar de las garras de un enemigo rentando su cuerpo en un futuro donde la transferencia de mentes es posible, me recordó el libro Trueque mental del subestimado Robert Sheckley.
En el cuento Un día sin Papa, de Ian Watson una mujer debe lidiar con las inconveniencias de mantener la personalidad digitalizada de su padre, la cual debe ser contenida en un cerebro humano al no poder costear el gasto de tenerlo en un servidor. Intimo y triste, me animó a buscar las recopilaciones de relatos de esté veterano autor inglés.
En Memoria de Tersa P. de Mira Echeverría el protagonista es un niño marciano que al crecer se ve involucrado con los "autóctonos", los humanos modificados para soportar las condiciones originales del planeta antes de ser terraformado, y los planes de dicho grupo contravienen los deseos de los gobierno terrestres, "martificar" a Marte.
En la novela corta que cierra el libro, El ciclo de vida de los objetos de software de Ted Chiang, en esta obra se narra los inicios de la experimentación con inteligencias artificiales, se les entregan seres virtuales animalescos llamados Digients a algunas personas, para que los entrenen e instruyan, y la historia se desarrolla con ese estilo enloquecedoramente lógico que posee Ted Chiang.
Solida antología de autores contemporáneos, existen muchos detalles a mencionar; la pulcritud para enhebrar una historia intima y conmovedora de Ken Liu. La exploración del libre albedrío en el relato Deirdre. La critica puntual y juguetona a la pintoresca condición de su país de Erik J. Mota. La entropía emocional que va derribando los lazos afectivos en el relato de Ian Watson. Y ese Marte tan cercano, a medio camino de Crónicas Marcianas y Marte Rojo del relato Memoria.
No me toco ( no estoy tan viejo) pero estudiando un poco la cronología de la ciencia ficción traducida al castellano nos podemos dar cuenta que en los setentas se producían montones de antologías al año. Silverberg, LeGuin, Wolfe, Asimov, Bradbury, Sturgeon parecían reescribir los terminos de la ciencia ficción mes a mes.
Esto fue algo que se perdió con el tiempo, la preferencia del fandom por las distancias cortas, formato en el cual brilla mucho este genero, parece estar retomando auge. Esperemos que tenga éxito, para poder seguir disfrutando y descubriendo nuevos autores.