Territorio Artlanza no nació con el propósito de convertirse en la escultura más grande del mundo, sino para ser un pequeño patio castellano privado donde pasar las noches de verano al fresco en Quintanilla del Agua. Pero hay veces que las cosas no terminan de salir según lo planeado y Felix Yáñez siguió construyendo su pueblo hasta llegar a ser lo que es hoy en día: una recreación de lo que cualquier pueblo castellano pudo ser, hecho con mimo y cariño y que no deja de sorprender a cada uno de sus visitantes.
Hacía mucho tiempo que tenía ganas de ir, pero la distancia me lo había puesto difícil, aunque se encuentre
Lerma, a escasos 10 kilómetros de Quintanilla del Agua. No fue hasta las navidades del 2015 cuando por fin puse por primera vez pie en Territorio Artlanza. Y volví a ir de nuevo también en enero del 2016. No me importó repetir en tan poco tiempo, porque estar en Territorio Artlanza es una sensación mágica.
Territorio Artlanza podría ser la descripción de un pueblo castellano de Delibes, el decorado de un capítulo del Ministerio del Tiempo o un pueblo medieval donde antaño se representaban obras muy destacadas en la farándula española. Pero no es nada de eso (¿o lo es todo a la vez?),
Felix Yáñez se ha propuesto que Territorio Artlanza sea una recreación de un pueblo burgalés a escala 1:1.
Cuando entras en Territorio Artlanza, viajas hacia atrás en el tiempo sin necesidad de usar una máquina, sin saber muy bien en qué año te encuentras, aunque seguramente en la seguramente en la Edad Media. Eso es lo que vamos a hacer, viajar en el tiempo. Así que déjate llevar por Territorio Artlanza.
Llego a Quintanilla desde la capital. El viaje en carreta ha sido tranquilo y sin ningún percance. Entro en el pueblo por la puerta una de sus murallas, la que de a
un patio pequeño, que dicen que es el más antiguo del pueblo y que tantas veces he cruzado. Camino por los soportales y voy escuchando el ruido de los
muchos establecimientos a los lados.
El cestero remata los últimos encargos que tiene para esa semana. Esta semana no ha tenido tanto trabajo como la anterior, pero las siguientes no tendrá descanso. A lo lejos escucho los ensayos en
el corrales de comedias de Felipe II ¿qué obra estarán preparando ahora? Espero poder disfrutar de alguna pieza en este lugar mágico.
En la plaza del Ayuntamiento, se escucha el ruido del riachuelo que atraviesa la calle. Félix, como cada semana, está poniendo el nuevo orden del día del pueblo y más tarde lo leerá para todos, a las cinco de la tarde, como manda la tradición. El señor Yáñez, también alcalde del pueblo, vuelve a la casa consistorial después de almorzar.
Se escuchan las risas y las discusiones de los niños en la hora del recreo de
la escuela de niños. Pilla pilla, las tabas, la peonza, el corro, el escondite... los niños ríen y juegan. Heliodoro ha vuelto a ganar a las carreras. Ese pillo siempre está trepando y corriendo de un lado para otro, no para quieto.
Pasando
un precioso arco, llego a la plaza del pueblo, el lugar donde la vida fluye. En el colegio de las niñas también es la hora del descanso. Reconozco a lo lejos a Elvira y a Celia, que juegan a las palmas animadamente, aunque no se ponen de acuerdo en cómo sigue la canción, así que cambian de juego, esta vez toca la rayuela.
Anabel está
tendiendo la ropa en el balcón. Hoy es día de colada y espera que se le seque la ropa pronto con este sol de octubre. Sus tres hijos necesitan la ropa seca para mañana.
El frío empieza a notarse por aquí, sobre todo al caer la noche, así que Micaela lleva leña para calentar a su familia por la noche. Están sus nietas ahora con ella y no quiere que pasen frío. Por eso necesita calentar los braseros para las camas y la gloria para la cena. El humo saldrá por una de las típicas
chimeneas castellanas.
Antonino vuelve de las viñas, contento por el trabajo bien hecho y se encuentra con su amigo de la infancia Lino, al que le pregunta por su mujer Isabel, que ha dado a luz de nuevo. Lino le invita a
tomar un vino en la taberna del pueblo para celebrar la buena nueva. Antonino tiene prisa, pero promete pasarse por ahí a echar la partida de cartas después de comer.
A lo lejos veo
la ermita, entro silenciosamente y rezo unos momentos agradeciendo que haya llegado sana y salva al pueblo. Debería de ir a la
botica a coger algún ungüento para mi herida, pero no tengo tiempo. Tampoco de pasar por
el barbero y entregarle los nuevos utensilios que me encargó de la ciudad.
Veo que están reparando
la muralla del pueblo. Madre me contó en su última carta que no aguantó las copiosas lluvias del mes pasado.
Actuación de "El Duende de Lerma" en el corral de comedias de Territorio Artlanza. Foto de Rodrigo Orcajo
Y por fin llego al corral de comedias de Luismi,
El Duende de Lerma, donde ensaya sin descanso su nueva obra, para que quede tan perfecta y guste tanto como las tantas otra que aquí ha representado. Le entrego un extraño manuscrito que ha caído en mis manos por accidente y que creo que él sabrá hacer buen uso de él. No se puede leer bien el título, pero reconozco la palabra
Lazarillo.
Información útil
- Donde: en la calle el Molino 20 de Quintanilla del Agua (Burgos)
- Horario: todos los días de 11 a 15 y de 17 hasta que se ponga el sol
- Precio: 4€ adultos, 1€ de 5 a 15 años.