Edición: 24ª ed.
Lugar de edición: Madrid
Editorial: Ollero & Ramos
Año de edición: 1997
Número de páginas: 125
ISBN: 84-7895-073-7
El Tratado de Versalles supuso el fin de la I Guerra Mundial entre Alemania y los países aliados, dando lugar a una serie de modificaciones territoriales con la aparición de nuevos estados. Entre ellos la antigua Yugoslavia que agrupó a croatas, bosnios, eslovenos, serbios, montenegrinos y macedonios en los restos territoriales del antiguo Imperio Otomano.
Las tensiones multiétnicas, religiosas y lingüísticas, así como la relativa supremacía tanto demográfica como política de los serbios, provocó la secesión de eslovenos y croatas dando lugar a la guerra en junio de 1991 donde el ejército serbio –secundado por los croatas- trata de apoderarse de la región no cristiana de Bosnia.
Entre 1991 y 2001 las seis repúblicas que formaban la antigua Yugoslavia se vieron afectadas por una serie de conflictos comprendidos en dos grupos de guerras sucesivas, más conocidas por las Guerras de Yugoslavia o Guerra de los Balcanes.
Las consecuencias fueron desastrosas y se tradujeron en cientos de miles de muertos y, heridos, millones de personas refugiadas y arrancadas de sus hogares, regiones destruidas o reducidas a la miseria, desorganización económica y una inestabilidad en los territorios donde tuvieron lugar los conflictos más sangrientos.
Afortunadamente esta guerra nos queda lejana en el tiempo pero quienes la sufrieron no podrán olvidarla jamás. Pérez-Reverte nos muestra en este libro lo que él –como reportero de guerra que fue durante muchísimos años para TVE- vivió durante el conflicto junto a José Luis Márquez, uno de los mejores cámaras no solo a nivel nacional.
Tomando como punto de partida la grabación de la caída del puente de Bijelo Polje por los tanques de las tropas croatas, Pérez Reverte se convierte en Barlés, un narrador omnisciente que nos cuenta sus vivencias como reportero de guerra en los Balcanes y las condiciones en las que éstos viven durante la contienda arriesgando sus vidas para que podamos conocer lo que acontece a miles de kilómetros de nuestras casas.
También nos cuenta lo déspotas que son algunos jefes y productores de las cadenas televisivas cuyo único interés es recortar gastos y que las noticias lleguen a su hora importándoles bien poco las vicisitudes por las que tienen que pasar los reporteros para llegar a tiempo a las conexiones de las retransmisiones.
No obstante, hay que tratar de ver el lado positivo de las cosas y en Territorio Comanche también lo hay ya que apreciamos la camaradería que surge entre los compañeros y cómo algunos de ellos tratan de ayudar desinteresadamente a las personas que sufren la guerra.
Con un estilo claro, directo y sin tapujos –muy propio del autor y del que podemos encontrarnos en sus columnas de XLSemanal- Pérez Reverte nos muestra su amplia visión sobre las guerras que ha vivido pero también una clara opinión de los políticos en este tipo de conflictos que se acercan a los lugares en guerra únicamente para salir en las fotos, sin mancarse sus carísimos trajes y cuya prioridad es marcharse rápidamente del lugar y poner a salvo sus posaderas.
Arturo Pérez Reverte es un autor que siempre me sorprende y nunca me deja indiferente, ya sea para bien o para mal, y esta vez me ha sorprendido gratamente con una lectura amena que nos acerca un poquito al horror que supone toda guerra –más cuando es por motivos racistas como lo fue la de los Balcanes- desde un punto de vista sumamente personal.
Hay versión cinematográfica dirigida por Gerardo Herreros e interpretada por Imanol Arias, Carmelo Gómez y Cecilia Dopazo.
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