"Terror. Terror. Terror"

Por Jalash
"Terrorismo es una palabra que se ha convertido en una plaga de nuestro vocabulario, la excusa y la razón y el permiso moral para la violencia de Estado – nuestra violencia- , que ahora se usa en el inocente Oriente Próximo de un modo mucho más vergonzoso y promiscuo. Terrorismo, terrorismo, terrorismo. Se ha convertido en un punto, en un signo de puntuación, en una locución, en un discurso, en un sermón, la esencia de todo lo que debemos odiar para pasar por alto la injusticia y la ocupación y el asesinato a gran escala. Terror, terror, terror, terror. Es una sonata, una sinfonía, una gran orquesta que aparece en todas las televisiones y radios y comunicados de agencias de noticias, el culebrón del Diablo, servido en hora de máxima audiencia o destilado de forma tediosa y mendaz por los “comentaristas” de derechas de la Costa Este estadounidense o por The Jerusalem Post o por los intelectuales europeos. Golpe al terror. Victoria sobre el terror. Guerra contra el terror. Guerra eterna contra el terror. A lo largo de la historia, los soldados creían que estarían de vuelta en casa por Navidad. Hoy estamos luchando para siempre. La guerra es eterna. El enemigo es eterno, su cara cambia en nuestras pantallas. Primero vivía en El Cairo y lucía un mostacho y nacionalizó el Canal de Suez. Luego vivía en Trípoli y vestía un uniforme militar ridículo y ayudó al IRA y atentó contra bares estadounidenses en Berlín. Luego resultó que llevaba una túnica de imám musulmán y que comía yogur en Teherán y planeaba la revolución islámica. Luego vestía una túnica blanca y vivía en una cueva de Afganistán y luego lucía otro ridículo bigote y residía en una serie de palacios en Bagdad. Terror, terror, terror. Al final, llevaba un turbante kefia y un uniforme militar anticuado al estilo soviético, se llamaba Yasir Arafat y era el señor del terror mundial; luego pasó a ser un estadista y luego, de nuevo, un señor del terror, vinculado por sus enemigos israelíes al Master del terror de todos, aquel que vivía en una cueva de Afganistán".
ROBERT FISK, “LA GRAN GUERRA POR LA CIVILIZACIÓN”
EDICIONES DESTINO (Página 530)