Terror en la Complutense

Por Felipe @azulmanchego
(foto EL PAÍS)

CUALQUIER QUEJA, POR muy legítima que sea, pierde fuerza, e incluso sentido, cuando viene acompañada de agresiones e insultos. Esto es justamente lo que ocurrió ayer cuando algunos exaltados que viven en Colegios Mayores se manifestaron frente al Rectorado de la Complutense contra el grave delito que pretende convertir en mixtos estos recintos universitarios. La Plataforma para la Defensa de los Colegios Mayores de la Universidad Complutense, que es la que se ha encargado de movilizar a los colegiales, y que dice no compartir los insultos y zarandeos al rector Carlos Berzosa, tiene al parecer un montón de reivindicaciones que hacer. Desde luego, ninguna tan llamativa como ésta tan arcaica que pretende mantener el pintoresco estatus de segregación por sexos. Es cierto que la Plataforma le pidió disculpas luego, si bien le acusaron de mantener "actitud provocativa" por el simple hecho de tratar de razonar y hablar con ellos.

Sus razones, las de los colegiales, son que "quieren seguir así por tradición, por historia, porque los colegios no están preparados para el cambio, porque no queremos cambiar y porque así estamos mejor". Los chicos se "distraerían" con la presencia de las chicas, y viceversa, argumento que se me antoja tan inconsistente como pueril. De ser así tendríamos que reconsiderar todo nuestro sistema educativo, incluida la enseñanza superior que se imparte en las Facultades. El Santa María de Europa acoge desde hace años a colegiales de ambos sexos y, que sepamos, no ha ocurrido ningún desastre pedagógico ni de ningún otro tipo. Sería muy interesante poder conocer quienes son los promotores e instigadores de la protesta.

Entiendo que los colegiales puedan estar alarmados por la privatización de los Colegios Mayores y que se quejen por el hecho de que la Complutense esté buscando patrocinadores para remodelar y gestionar algunos de sus centros. De ahí a acorralar, increpar y escupir al rector hay un trecho. Tachar a Berzosa de hijo de puta, fascista y nazi es un exceso intolerable. Después de 30 años de democracia no es propio de universitarios.