Terrorífica, oscura y entrañable Navidad de época

Publicado el 03 enero 2015 por Reino Reino De Series @reinodeseries

La Navidad es una época muy sombría. No lo digo por emular al Grinch ni por ponerme trascendental o filosófico, como en según qué anuncios de turrón. Pero para el seriéfilo es un tiempo de todo lo contrario a lo que pregonan esos días: ni paz ni amor ni amistad. Es un desierto de series, sin apenas oasis a los que agarrarse, a no ser que se aprovechen las festividades para ponerse al día con ficciones antiguas o que no nos ha dado tiempo de ver el resto del año.
Esto, en lo que se refiere a Estados Unidos. Porque al menos en el Reino Unido se han acordado un poco de nosotros y nos han regalado unos retornos esperados que, aunque saben a poco, han calmado nuestras ansias catódicas siquiera de forma momentánea. La Navidad ha sido, para la tele británica, oscura, entrañable y de época… según los gustos de cada cual.
Terrorífica Navidad

Jon Hamm, en 'Qué (poco) bello es vivir'

Unos días antes de cerrar el 2014, Charlie Brooker nos regaló a los aficionados otra de sus intranquilizantes historias de Black mirror. Un especial de 90 minutos, una película navideña que, como acostumbra, poco tenía que ver con los valores y buenos augurios que se desean por estas fechas. Este Dickens tecnológico es más cenizo que los datos económicos y ni siquiera por la cercanía del nuevo año se ablandó su corazón: la historia que planteó, una vez más, estaba llena de problemas de un futuro ojalá lejano pero que se siente ya casi aquí. De aparatos y novedades informáticas que, más que solucionar la vida, amargan al más santo. Y la guinda la puso con el castin: un Jon Hamm cada vez más alejado de Don Draper y dos españolas que decidieron dejar los Juegos de Tronos por las maquinitas para darle la réplica: Natalia Tena y Oona Chaplin. Un lujazo de película.
Navidad de época

Pero mira cómo beben (los Crawley en Downton)

Como todos los años de esta década, las puertas de Downton Abbey vuelven a abrirse el día 25 de diciembre para poner punto final a la temporada. Pero, a diferencia de pasadas convocatorias, en este especial no hubo grandes sorpresas ni despedidas. Sí se cerraron tramas y se abrió alguna pequeña historia para el año que viene, pero Downton ha cogido velocidad de crucero. No pasa mucho, aunque lo que ocurre es suficiente para ser disfrutado como el culebrón glamouroso que es. Y algún momento folletinesco –en el sentido de cotilla- hubo…
Entrañable Navidad

Los puentes de Madison, digo, de Halifax

Mientras los yanquis preparan el desembarco de toda su artillería para la próxima semana, los british no tienen reparo en estrenar algunas de sus joyas en mitad de las fiestas. Y, así, el pasado día 29 dio inicio la tercera temporada de Last tango in Halifax, esa ficción que puede llegar a ser tan dulce como los mazapanes o el roscón, aunque también tenga sus puntos dramáticos… Casi como en cualquier cena de Nochebuena, si es que es en familia. Las desventuras de los Dawson y los Buttershaw, unidos por el noviazgo y posterior matrimonio de los abuelos, han vuelto en plena forma. Y, aunque sus aventuras parecen inofensivas, siempre dejan poso en el espectador. Una buena forma de celebrar las fiestas y de abrir apetito para la que se avecina a partir de ahora.