Entre Madrid y Boston hay sólo ocho horas de vuelo, pero ambas ciudades parecen estar en galaxias diferentes visto el tratamiento de muchos medios informativos a los atentados terroristas que sufrieron.
Recuérdense los del 11M de 2004 en la capital española, con 191 muertos, y los de la ciudad estadounidense del pasado día 15, con tres víctimas, más un policía después y uno de los terroristas.
El diario “El País” alaba entusiasmado la reacción oficial y popular a las bombas de Boston en su editorial “Lecciones de Boston” donde señala que “el brutal atentado en Estados Unidos ha recibido la mejor respuesta: coraje, prudencia y eficacia”.
En Madrid hubo 63 veces más muertos, pero ese periódico y sus afines periodísticos y políticos lanzaron tal campaña de agitación de las emociones populares que llevaron hasta el poder al más iluminado e incompetente político de cualquier etapa democrática española.
Los atentados de Madrid, que todavía presentan muchos puntos oscuros, fueron interpretados inicialmente por todos los partidos y medios informativos como propios de ETA, a la que poco antes le habían abortado una acción que parecía similar.
Suponiendo que aquellos atentados fueran obra de unos islamistas sin ayuda de otras fuerzas desestabilizadoras, como se apuntó poco después sin que el Gobierno de Aznar quisiera creerlo, los motivos en Madrid tenían menos peso que cualquier atentado en EE.UU., incluyendo el de Boston…, como no fuera el hundimiento moral del país y un cambio radical de su política.
España apoyaba políticamente la invasión de Irak americana y británica --ésta, dirigida por el socialista Tony Blair--, y había enviado allí a 1.500 tropas no combatientes tras la caída del régimen.
Pero el gobierno triunfador de Zapatero las retiró urgentemente, humillándolas ante sus aliados, y demostrando una vergonzosa cobardía frente a los terroristas.
Pero en EE.UU. el pueblo respalda a sus gobiernos, incluido el de Obama, tan belicoso como Bush.
Medios como “El País” dirigieron a los políticos españoles durante décadas y manipularon tanto a parte del pueblo, seguidor de consignas simplonas entre el 11M y el 15M, que lo desmantelaron moral, política y económicamente.
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