Nasser bin Hamed al Jalifa nació el 8 de Mayo de 1987 en Riffa y se casó en 2009 con la hija del emir de Dubai. Él ha sido acusado de haber ordenado y participado directamente en actos de tortura contra manifestantes pro-democracia y miembros de organizaciones de derechos humanos.
Al menos tres de los 13 opositores detenidos entre el 17 de marzo y el 9 de abril de 2011, y que fueron luego condenados a cadena perpetua, afirman haber sido torturados por el príncipe.
La dinastía de Bahrein forma parte de una minoría sunní en Bahrein. Sus miembros son habitantes de los desiertos de Arabia Saudí que luego fueron transferidos a Bahrein. Ellos deben su poder a la protección de Gran Bretaña, que les subió al poder y les ha venido otorgando su protección.
El régimen de Bahrein reprime violentamente las protestas pro-democracia de la población, que reclama reformas democráticas y el fin de la discriminación contra la mayoría shií en el reino absolutista del Golfo Pérsico.
Esta semana, un tribunal de Bahrein decidió disolver al grupo Al Wefaq, la principal organización política opositora del país.
El juramento de fidelidad de Nasser al EIIL es otra prueba más de la complicidad y apoyo de los regímenes absolutistas monárquicos del Golfo Pérsico con éste y otros grupos terroristas. El anterior texto puede encontrarse en los sitios Al Manar. (Al servicio de la mulacracia iraní) y Resumen (al servicio del zar Putin) http://prensaislamica.com/sitio/terrorismo-takfiri-hijo-del-rey-de-bahrein-jura-fidelidad-al-grupo-terrorista-del-eiil/ http://www.resumenmediooriente.org/2016/07/21/hijo-del-rey-de-bahrein-jura-fidelidad-al-estado-islamico/ Más información sobre esta joven promesa:Entre el 22 de mayo y el 19 de junio de 2012, el Tribunal de Apelaciones, presidido por Adnan al Shamsi, escuchó los testimonios de trece importantes activistas que fueron encarcelados por participar en las protestas pro democráticas en el país y acusados de “intentar derrocar el régimen”. Durante dichas sesiones, los activistas detallaron los actos de tortura cometidos contra ellos para forzar confesiones y nombraron a los responsables de dichos actos, entre los que se encuentra Nasser bin Hamad .
Según el Centro para los DerechosHumanos de Bahréin (BCHR). El 5 de junio de 2012, el clérigo y activista bahreiní Abdulá al Mahrus, afirmó que el hijo del monarca le torturó y golpeó en el edificio de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). “Le vi con mis propios ojos cuando me golpeó en la cara con la mano y con una manguera al tiempo que me gritaba y me decía: ‘¿Quién eres y por qué quieres derribar el régimen? Te enterraremos y nunca volverán a saber de ti ni de tus seguidores'”.
“El director de la NSA, Jalifa bin Abdulá al Jalifa, y su banda me torturaron, les vi con mis propios ojos en el edificio varias veces durante las torturas”, agregó Al Mahrus.
Días después, Mohamed Habib al Meqdad –que tiene doble nacionalidad sueca-bahreiní– facilitó ante el tribunal los nombres de seis personas responsables de actos de torturas contra él, entre los que también se encuentra Nasser bin Hamad. “El segundo día de mi detención, específicamente el 2 de abril de 2011, en la prisión del fuerte –en referencia a la sede del Ministerio de Interior–, controlada por la NSA, me vendaron los ojos y me esposaron durante el interrogatorio y vino (Nasser bin Hamad) y me preguntó si le conocía”, relató. “Dije que no, porque tenía los ojos vendados, y me respondió que ‘nada nos separaba salvo una pared durante la manifestación frente al palacio (real de) Safriya’, tras lo que me repitió la pregunta, a la que volví a responder negativamente porque no esperaba que un miembro de la familia real fuera a estar entre los torturadores”, añadió Al Meqdad. “‘El príncipe Nasser te habla. La historia está apunto de empezar’, me contó, antes de preguntarme qué coreaba durante la manifestación ante el palacio. ‘Dijiste: abajo, abajo, ¿abajo con qué?’, me preguntó, y cuando le dije que gritábamos ‘Abajo con Al Jalifa’ empezó a torturarme y patearme en el lado derecho de la cabeza”, indicó Al Meqdad. ”
Me caí varias veces al suelo. Siguió pegándome y pidió al torturador que se uniera a él. Cuando me caía me hacían ponerme de pie y me seguían pegando hasta me caí y pude ver con mis propios ojos que era Nasser bin Hamad quien me estaba torturando y pidiendo a los demás que hicieran lo mismo”