La idea que tiene la gente sobre la fe esta equivocada de cabo a rabo. Todo el mundo cree que funciona de atrás adelante. Piensan que, en la secuencia de los acontecimientos, primero existe el objeto, y luego nace la fe. En realidad, es exactamente al contrario. La fe salpica el firmamento como trozos de arcilla que giran en espiral en el torno de un alfarero. Así, por ejemplo, es como se crean los dioses. Es evidente que fueron creados por sus propios creyentes, porque un breve resumen de las vidas de la mayor parte de los dioses sugiere que su origen no tiene nada de divino. Tienen la tendencia a hacer exactamente el mismo tipo de cosas que harían los hombres si pudieran, sobre todo en los asuntos relativos a las ninfas acuáticas, las lluvias de oro y la exterminación de los enemigos.
Terry Pratchett. El segador (1991).